Charlamos con MARCELINO sobre aquel histórico Mallorca de Cúper y su paso por la Premier 1x5fe

Bueno, pues ya estamos una semana más en el Bigote de Abadía y como es costumbre con una gran entrevista por delante. Contamos con uno de esos centrales de los de antes, que futbolísticamente creció en Gijón para posteriormente pasar a la memoria de todos gracias al histórico Mallorca de Cúper. Así que nada, lo que os decimos siempre, sentaos, estad atentos y abrid bien los oídos, porque lo que viene por delante merece la pena.

Marcelino, bienvenido al Bigote de Abadía. ¿Qué tal? Muy buenas, muchas gracias, muchas gracias. Nada hombre, muchas gracias a ti por aceptar la llamada, que la verdad que para nosotros que somos unos nostálgicos del fútbol de antes y unos enamorados de aquella época, pues es un auténtico orgullo contar con uno de esos centrales que pasó a la memoria, como bien ha dicho Nairo.

Bueno, lo dicho, para mí lo bonito es que os acordéis de mí, que se siga acordando la gente de mí y bueno, pues nada, aquí estamos para charlar un ratito de fútbol, que es lo que nos gusta y bueno, para hacer un poquito de memoria también con vuestra ayuda. Eso es, con nuestra ayuda, prometido fuera de cámara que te vamos a echar una mano en todo lo que podamos, pero bueno, ambientaremos las preguntas, daremos un poco de pie a que recordemos ese fútbol, ese sporting en primer lugar, ese Mallorca, esos tres añitos por encima de la Premier y esos últimos años que pasaste también en segunda división. Así que nada, Marcelino, muchas gracias y a disfrutar de lo que tenemos por delante. Pues nada, Pablo, preparado, te he visto con la camiseta nacional, ¿no? Eso es, como siempre que tenemos algún internacional con España, toca ponerse la zamarra.

A ver, esta es un poco antes de la época de Marcelino, Marcelino era 98, 99, esta es del 93, pero bueno, Marcelino ya jugaba al fútbol para aquel entonces, así que nos ponemos esta. Son todas bonitas, las de la selección son todas bonitas. Sí, desde luego. Y tú, David, hoy nada, no ha habido hoy homenaje. No, hoy los colores van por dentro, pero bueno, de cara al exterior, vamos informales.

Que bien sale de todas, Marcelino David, ¿eh? No hay quien le pille, pero bueno. Y nada, Ángel, hoy sí que… Ya le veo que regatea para los dos lados. Regatea la reta de este espacio, peor que no hay más. Pero bueno, y te veo a ti, Ángel, hoy sí de blanco y negro, ¿no? Sí, hoy debuto con la cámara y con la camiseta del Newcastle, que es de mis favoritas. Era la ocasión. Pues nada, es la ocasión perfecta, Marcelino.

Y lo dicho, empezamos, nos vamos a esos principios de los años 90, nos vamos de lleno a mareo, y Pablo, adelante. Pues eso es, vamos a empezar por los inicios de Marcelino, pero muy inicios. Solemos preguntar, digamos, al futbolista que entrevistamos por cómo era ese Marcelino, en tu caso, de alevines, cadetes, si ya naciste defensa central, o es lo típico. No, no, si yo era delantero o yo era portero. ¿Cómo era ese Marcelino que no conocemos con 12, 13, 14 años? Bueno, yo la verdad es que empecé a jugar al fútbol un poco tarde.

Yo empecé, digamos, a fútbol federado. Empecé con 11 años porque fui un niño un poco enfermizo y, bueno, tuve una operación de intestino a los 9 años, una neumonía en ese mismo año, bueno. Y entonces, y bueno, previamente, con 7 años que había empezado a jugar en el equipito del colegio, bueno, pues yo tenía cólicos, estomacales y demás que derivaron en esa operación, ¿no? Y mis padres enseguida me sacaron del fútbol porque, bueno, achacaban que no me venía bien, ¿no?, el jugar al fútbol porque tenía estas cosas.

Y una vez que me operé y que pasé esa fase, con 11 años yo empecé a jugar al fútbol sin que se enterasen mis padres, de hecho, porque pasaron por el colegio. Yo iba, me parece que era en sexto de GB, de aquella, que creo que era con 11 años, ¿verdad? Y pasó una persona del colegio diciendo que los que se quisieran presentar para, bueno, pues para jugar con el equipo del colegio, el colegio Lisburu, de Gijón, que, bueno, que se presentasen por la tarde a jugar allí un partidito y, bueno, pues iban a hacer allí una selección de los jugadores que, bueno, que se presentasen a esa prueba, digamos, ¿no? Yo fui y nada, enseguida me llamaron para un lado para decirme que me cogían y estuve varias semanas yendo a entrenar sin que mi madre se enterase, porque Dios mío.