Caso de Sonia Carabantes 3q4q4x

En agosto de 2003, la desaparición de una adolescente de 17 años durante la celebración de la Feria de Coín, en la provincia de Málaga, conmocionó a la sociedad española y desató una serie de acontecimientos que trascendieron el ámbito puramente criminal.

El asesinato de Sonia Caravantes no solo sumió en el dolor a su familia y a la comunidad local, sino que también sirvió para destapar uno de los mayores errores judiciales de la historia del país, al poner de manifiesto las deficiencias del sistema y los peligros de la presión mediática y los prejuicios en la istración de justicia.

Este relato, estructurado en cuatro capítulos, reconstruye minuciosamente un caso que cambió para siempre la justicia española, al obligar a revisar los procedimientos y a poner en el punto de mira la importancia de la prueba científica y la presunción de inocencia. Esto es crímenes que marcaron España.

Hoy, el caso de Sonia Caravantes.

Los personajes.

Sonia Caravantes Guzmán, la víctima de este trágico suceso, tenía 17 años en el momento de su muerte, en el año 2003.

Estudiante de educación secundaria en la localidad de Coín, en Málaga, Sonia era una joven alegre, vital y cariñosa, conocida por su sonrisa radiante y su gran amor por la música, especialmente por el flamenco, que disfrutaba bailando con sus amigas.

Sonia residía con su madre, en Carna Guzmán, en un pueblo tranquilo donde los jóvenes solían disfrutar de su tiempo libre y salir por la noche sin temor.

La noche de su desaparición, Sonia se encontraba disfrutando de la feria local, una de las citas más esperadas del año, y tenía previsto bailar hasta tarde con sus amigas y disfrutar de la compañía de sus allegados.

Tony Alexander King, el asesino de Sonia, era un ciudadano británico de 38 años en el momento de los hechos.

Con un pasado marcado por la violencia y los delitos sexuales, King era conocido en su país de origen como el «estrangulador de Holovay», debido a sus antecedentes por agresiones sexuales y otros delitos cometidos en el Reino Unido.

Tras huir a España en el año 1997 para evadir a la justicia británica, King se instaló en la Costa del Sol, donde adoptó una nueva identidad y comenzó a trabajar como camarero y agente inmobiliario.

Oculto bajo una apariencia de normalidad, King residía en la localidad de Alaurín el Grande junto a su exesposa, Cecilia Pantoja, y su hija, llevando una doble vida que le permitía ocultar su verdadera naturaleza criminal.

Cecilia Pantoja, la exesposa de Tony King, desempeñó un papel crucial en el desenlace del caso.

De origen chileno, Cecilia residía en Coín con su nuevo novio, David Coce, y su hijo.

Tras años de convivencia con King, Cecilia comenzó a sospechar de su comportamiento y a percibir ciertos detalles que le resultaban inquietantes.

Sus sospechas sobre King, alimentadas por su intuición y por una serie de incidentes extraños, fueron determinantes para su captura y para el esclarecimiento de los crímenes de Sonia y Rocío van Ninkoff.

Encarna Guzmán, la madre de Sonia, lideró activamente la búsqueda de su hija desde el momento de su desaparición, movilizándose junto a vecinos y amigos para encontrar a la joven.

En su desesperada búsqueda, Encarna encontró las primeras pistas del crimen, unos hallazgos que resultaron fundamentales para orientar la investigación y para confirmar la peor de sus sospechas.

Además de las víctimas y los principales implicados, otros personajes desempeñaron roles relevantes en este caso.

Dolores Vázquez, la mujer injustamente encarcelada por el asesinato de Rocío van Ninkoff, cuya liberación tras el crimen de Sonia puso de manifiesto el error judicial cometido en el caso anterior.

Alicia Hornos, la madre de Rocío, cuya insistencia en la culpabilidad de Vázquez y sus acusaciones públicas marcaron el desarrollo del caso van Ninkoff y contribuyeron a la creación de un clima de prejuicio y hostilidad en torno a la figura de la acusada.

El 14 de agosto de 2003, Sonia Caravantes salió de su casa para disfrutar de la Feria de Coín, una de las fiestas más populares y esperadas del verano.

Tras pasar la noche bailando y divirtiéndose con sus amigos, Sonia decidió regresar a su hogar alrededor de las 3 de la madrugada.

El camino de regreso a casa era corto, apenas unos minutos a pie, y Sonia caminaba sola por las calles del pueblo, confiada en la tranquilidad y seguridad del lugar.

Sin embargo, Tony King, que se encontraba merodeando por la zona, la interceptó en su camino.