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🎙️ Episodio 501 – La carretera sigue Tras el episodio 500, volvemos al asfalto con historias nuevas, reflexiones ruteras y voces que nos acompañan en esta aventura sin fin sobre dos ruedas. Esta semana hablamos de lo que viene, de lo que cambia… y de lo que siempre permanece: el placer de viajar en moto. 🛣️ Te cuento una anécdota con olor a gasolina, repasamos destinos con encanto y aprovecho para lanzar alguna que otra pulla cariñosa al mundo de los viajes “posturetas”. Porque aquí no hay filtros, solo carretera y verdad. 🎧 Nos acompaña Gustavo Cela, "Gus", el presidente del Motoclub os Lóstregos, de Lugo. 📍 Sígueme también en www.viajoenmoto.com y en redes sociales para más historias, fotos y rutas insólitas. 📢 Recuerda que puedes apoyar el programa en iVoox o hacerte fan para acceder a los episodios más antiguos y contenido exclusivo. ⸻ 🛠️ Patrocinadores de este episodio: Gracias por apoyar la ruta a: 🥩 Asador de Nozana – www.mesondenozana.com 🍽️ Casa Pipo – www.casapipo.es 🛵 Estoy de Ruta – www.estoyderuta.com 🧭 Atlantis Moto – www.atlantismoto.com 🏍️ Motorbeach Viajes – www.motorbeach.com/viajes ¿Quieres anunciarte en este podcast? Hazlo con advoices.com/podcast/ivoox/34631 5d3w6g
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Viajo en moto. Un podcast de viajes, de aventura, de lugares lejanos o no tanto, y de grandes viajeros o no tan grandes. Hola estimada chabalería, aquí comienza Viajo en moto, el programa de los viajes en moto. Con Roberto Naveiras. Con Traged Geisha en Asturias, en el norte de la península ibérica. Hablamos de viajes en moto, viajes en camión, viajes en furgoneta y mil cosas más. Viajoenmoto.com ¿Qué tal? ¿Cómo va todo? Bienvenidos al programa número 501 de Viajo en moto.
Unos pantalones que según algunos son los más icónicos del mundo. Sí, unos pantalones, unos pantalones. Aparecieron en el año 1873, cuando muchos de nosotros aún no habíamos nacido. Y los llevaron estrellas como James Dean o Marlon Brando. Y hace ya 20 años que cerró la última fábrica de Levis en Estados Unidos. Sí, ahora se fabrican en China, en Israel y Lanka, en Vietnam, en Camboya, en Egipto, en Bangladesh, en Pakistán, en muchos, muchos, muchos países. Países de los que ya hemos hablado aquí varias veces.
Porque, a ver, de pantalones vaqueros igual no entendemos mucho, pero de andar por el mundo deslocalizados, de eso sí que sabemos un rato. Y esto me lleva a una historia que ocurrió hace siete u ocho años más o menos. Éramos cuatro personajes selectos, una élite, y decidimos recorrer el mundo más inmediato. Era Semana Santa, creo, semana arriba, semana abajo. Nuestra primera parada fue en Orense, cerca de las Termas de Vande.
Montamos las tiendas de campaña al caer la noche y nos pusimos a beber vino hasta que nos cansamos de contar mentiras. Al día siguiente, medio temprano, salimos con viento a favor y llegamos hasta Oporto. Oporto, la segunda ciudad más grande de Portugal. Una joya, de esas que tienen historia, carácter, comida de la buena, vinos mejores y un aire decadente que la hace irresistible. Dicen que hay cinco sitios imprescindibles en Oporto.
El barrio de Ribeira, el puente de Don Luis, la librería Leyo, la Catedral de la Sé y la estación de Sao Benito. ¿Los vimos todos? No exactamente. En Ribeira se puede comer muy bien y beber exquisitamente, hasta caer de culo si se tercia. Calles empedradas, ambiente pintoresco. Apenas lo vimos. Enfrente está Vilanova de Gaia. Esa sí que la vimos y le dimos un buen repaso. El puente de Don Luis, lo ves sí o sí, es omnipresente. Yo siempre pensé que lo había diseñado Eiffel, pero no, fue un discípulo suyo.
La librería Leyo, la de Harry Potter. Dicen que allí fue donde se inspiró J.K. Rowling para escribir los libros de Harry Potter. No entramos. Y, puestos a confesar, no me gusta Harry Potter. ¿Qué le vamos a hacer? La Catedral la vimos desde lejos. Está ahí arriba, pericotada, en una colina. Y la estación de Sao Benito, pues, ni eso siquiera. Y os lo cuento sin vergüenza ninguna, sin arrepentimiento, sin trauma. No me traumatiza en absoluto cada vez que oigo Oporto en una conversación.
Tampoco entré en el Coliseo de Roma ni en el Pantanal,
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