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Descripción de Marruecos en el horizonte (y una carta desde el abismo) 685n4b
Este episodio arranca con una gran noticia: ¡en octubre nos vamos a Marruecos! Un viaje en moto organizado junto a Quique Arenas, pensado para quienes quieren descubrir lo esencial del país con calma, fuera del turismo de masas y con alma viajera. Un recorrido por pistas, asfalto y paisajes que se quedarán grabados… aunque los recuerdos, ya sabemos, tienden a desvanecerse. Desde Grandas de Salime, celebramos también la llegada de la primavera: motos por todas partes, curvas, aire fresco y ese subidón que te empuja a rodar sin mirar atrás. A partir de ahí, nos adentramos en una reflexión íntima sobre la memoria, la fugacidad de los viajes y la fragilidad de lo vivido. ¿Vale la pena vivir lo que luego olvidaremos? Charlamos con Quique Franco, fundador de Estoy de Ruta, sobre Marruecos, su forma de entender los viajes y cómo convertir la pasión en una forma de vida. Después, cruzamos el Atlántico para escuchar los audios que nos envía Arqui Quintanilla desde Monterrey, México, durante el Distinguished Gentleman’s Ride. Elegancia, motos clásicas y un objetivo solidario envuelto en buen ambiente. Y cerramos con la carta de Ricardo Fité, escrita desde Barcelona tras años en ruta por América. Una confesión valiente sobre dejarlo todo atrás, cortar amarras y dar el salto. Al final, una respuesta: ¿por qué cuesta tanto soltar? ⸻ 🙏 Gracias por estar ahí cada semana. Y gracias también a nuestros patrocinadores, que hacen esto posible: • 🥩 Asador de Nozana → https://www.mesondenozana.com • 🍽️ Casa Pipo → https://www.casapipo.es • 🏍️ Estoy de Ruta → https://estoyderuta.com • 🛡️ Atlantis Moto → https://www.atlantismoto.com • 🌊 Motorbeach Viajes → https://motorbeach.com/viajes ¿Quieres anunciarte en este podcast? Hazlo con advoices.com/podcast/ivoox/34631 5x1q1e
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Viajo en moto. Un podcast de viajes, de aventura, de lugares lejanos o no tanto, y de grandes viajeros o no tan grandes. Hola, estimada chavalería, aquí comienza Viajo en moto, el programa de los viajes en moto. Con Roberto Naveiras. Con Traged Geisha en Asturias, en el norte de la península ibérica. Hablamos de viajes en moto, viajes en camión, viajes en furgoneta y mil cosas más. Viajoenmoto.com. Por fin, por fin ha llegado la primavera al norte de España y desde Grandes de Salime, en Asturias, os mando un saludo motero cargado de ganas de salir a rodar.
Yo soy Roberto Naveiras y me encanta viajar en moto y en avión, aunque menos, y en furgoneta y en mil cosas más. Pues sí, por fin ha llegado la primavera. Menudo festival de motos que se ven estos días por las carreteras. Parejas en ruta, solitarios en busca de curvas y grupos ruidosos que parecen una banda de rock de los años ochenta. No hay mejor época que la primavera para salir a viajar en moto.
Para cualquier cosa, en realidad. Subidón primaveral qué maravilla este subidón. Hace unos años en uno de estos subidones primaverales me dio por escribir una oda a la primavera. Os la voy a leer. Mañana escribiré sobre eso que ocurre cuando sales de una curva y, de repente, encuentras un paisaje de ensueño tan hermoso que casi no puedes creer que la belleza sea algo tan sencillo.
Te apetece bajarte de la moto, aspirar al aire fresco de la primavera en el norte, llenarte con todo eso que estás viendo y tocarlo todo con tus manos para sentir que es verdad. Pero no lo haces porque, de algún modo, sabes que, cuando pongas el pie en el asfalto, lo fugaz se volverá permanente. Y todo lo permanente acaba cubierto de vulgaridad. Así que, de lo que ves, tomas lo que puedes y sigues haciendo kilómetros con el único objetivo de volver a sentir que, por un instante, estabas tan lleno de fugacidad que eras eterno.
Menudo subidón tenía. No como hoy, recién llegado, como quien dice, de mi paseo por Marruecos, que ando así un poco chof. Acabo de quitarle a la moto el polvo del desierto, las arcillas de carreteras infames y la mugre de la higiene distraída que siempre acompaña a los viajes.
Muchas de las imágenes que conservo en la retina empiezan ya a desdibujarse, a volverse ahí como medio borrosas, como fotos tomadas con una cámara mal enfocada. Cuando recorría aquellas carreteras de montaña, devorando kilómetros entre curvas y paisajes irreales, era plenamente consciente de que aquellos instantes mágicos estaban condenados a diluirse poco a poco. Yo sabía que muchos detalles, rostros, olores, gestos, conversaciones, se me iban a escapar sin remedio, incluso antes de que terminara el viaje, y esa certeza que tenía me llenaba de frustración.
Ahora, de regreso a los estudios centrales, cuando me siento aquí, delante de la pantalla, mirando fotos e intentando reconstruir retazos del viaje, noto como los recuerdos empiezan a desaparecer.
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