Capítulo 28 (T2) Sara Reus 2o1x3x

Lo que estás a punto de escuchar no es un medicamento, es un podcast.

Por favor, lee atentamente las instrucciones si las encuentras.

No nos hacemos responsables de las opiniones equivocadas por las personas entrevistadas.

Si resulta que tienes una empresario y es por el podcast, que ya sería casualidad que no hablan bien de ella, pues te jodes, trata de mejorar a tus empleados.

Aquí comienza tu Curro Me Mola.

Hola Sara.

Hola.

¿Qué tal? ¿Cómo te encuentras? Muy bien, feliz de hablar contigo.

Vale. Oye, ¿dónde estás en este momento? Pues ahora mismo estoy en mi estudio en Mallorca, en mi casa.

En Mallorca, o sea que estás en España.

Correcto.

Sara, ¿cuántos años tienes? Veintimuchísimos.

Ya empezamos.

Venga, va, ¿cuántos tienes? Nada, tengo 41 años.

Oye, ¿por qué os cuesta tanto a las mujeres, machos, decir la edad que tenéis? Pues no sé, supongo que es algún trauma que tenemos.

¿Quién sabe? Pero ¿un trauma genético que está ahí metido en la genética? Porque os pasa a todas o a casi todas, vamos.

Vale, tienes 41.

Sí.

¿Con qué edad empezaste a trabajar? Pues mi primer trabajo fue con...

Bueno, el primer trabajo así remunerado serio fue con 17.

Pero trabajaba ya de más pequeñita ayudando a mi padre, también.

¿Qué recuerdas de ese primer trabajo? Vale, del primero de todos fue ayudando a mi padre.

Mi padre era músico en aquel entonces y se dedicaba a ir por los hoteles a entretener a los guiris, básicamente, ¿no? A los turistas.

A los guiris.

Sí, ese era su trabajo.

Era músico, pero más que músico también era como showman, ¿no? Hacía muchos shows, se vestía de cabaret...

Bueno, hacía muchas cosas, ¿no? Y a mí me encantaba ir con él y, bueno, pues descargábamos la furgoneta, la cargábamos, montábamos allí en el hotel correspondiente.

Después él hacía su show, yo también pinchaba, le ayudaba con...

Sí, le ayudaba a hacer chorradas a los turistas y la verdad es que me gustaba un montón acompañarlo.

¿Cuántos años tenías ahí? Unos doce, trece, catorce.

Era muy, muy pequeña, pero me acuerdo, ¿eh? Vale, y ibas los dos solos.

Tu padre iba solo a hacer el show y te llevaba a ti, ¿no? Y no hacía el show con nadie más.

Con nadie más.

En esos días iba yo con él, pero yo porque yo quería, no porque me obligase ni nada, pero a mí me encantaba ir con él.

¡Jolín! ¿Y no te daba vergüenza? No, la verdad es que no.

Es que lo veía tan natural, como le veía a él tan natural, pues para mí era como natural también.

Entonces, bien.

Qué bueno. Oye, ¿y entonces ponías la música, pero tenías tú tu parte del espectáculo? No, yo iba básicamente de ayudante.

Él me decía, yo ahora voy a pasar por las mesas con este...

Tenía un moñigote, ¿no?, que le ponía así por encima a la gente cuando pasaba por su lado.

Sí, sí, sí.

Entonces, cuando él pasaba por ahí, me decía, cuando se acabe esta canción, pones esta otra.

Y claro, era el típico pincha-discos este, original de toda la vida, que ahora ya no hay.

Así, que eran doce, con dos platos y tal.

Sí, sí.

De aguja.

Y yo me quedaba ahí, pues poniendo canciones, mientras él hacía el tonto entre el público.

Y a veces, pues iba yo con el moñigote ese, así, poniéndoselo a la cabeza a la gente, repartiendo collares hawaianos, cosas así.

Era muy divertido, la verdad.

Como molaba.

Oye, ¿y era allí en Mallorca también? ¿Naciste allí en Mallorca? Sí, sí, yo nací aquí y era aquí en Mallorca.

Aquí en Mallorca, básicamente, se vive del turismo.

Ajá.

Y bueno, pues mi padre vivía del turismo de esta manera.

Qué chulo.

Supongo que esto lo hacías en periodos vacacionales, o cuando tenías fines de semana o algo, porque tú estarías estudiando con esa edad.

Sí, claro.

Yo iba al cole, esto era en verano solo, en verano.

Yo no estudiaba.

Entonces, como a mí me encantaba, no iba siempre, me iba todos los días, pero le pedía a mi madre, por favor, ¿me casas con papá? Y a veces me decía que sí.

Entonces, cuando me decía que sí, pues iba y le ayudaba porque me gustaba.

A mí no, porque...

Claro, claro.

Pero es que me encantaba ir.

Era como...

Era un ambiente festivo y me gustaba.

Sí, era divertido, claro.

Oye, ¿y te pagaba? No, no me pagaba.

Pero bueno, ¿tendría algún regalito, algún detalle por ayudarle o algo? Claro, que no hacía falta, entiendo.

Pero que encima, oye, si te llevas algo, pues mejor que mejor, ¿no? La verdad es que no recuerdo que me pagase nada, pero tampoco lo hacía por eso, entonces...

Claro.

Va igual.

¿Y cuánto tiempo estuviste ayudándole? Pues esto a lo mejor duró dos años o así.

Más o menos.

O sea, que te pusiste con 15 o 16, ¿no? Yo creo que le acompañé durante los 12-13 años y ya no más.