"Aullando a la Luna" de Víctor Manuel Palomares Lara. Relato corto de Sin Fronteras 5q5g

Sin fronteras presenta Relatos cortos Aullando a la luna el vivero tiene luz el movimiento del maizal que se va abriendo paso nos avisa de que alguien lo está atravesando la altura de las hojas del maíz impide ver quién o qué es va rápido y se dirige hacia la puerta un grito de mujer sacude el silencio rompiendo la calma de la noche el maizal se paraliza durante un segundo y vuelve a separarse más deprisa un hombre sale de la plantación con el rostro desencajado y el sudor apropiándose de cada poro de su piel de su boca nace otro grito desesperado llamando con un nombre que quizás ya no pueda ser escuchado por su dueña la puerta es empujada con violencia y el hombre del vivero la atraviesa con el miedo y la rabia escrito en su cuerpo al dictado de una mente que le dibuja horrores indescriptibles vuelve a llenar el silencio con un nombre la respuesta se queda en algún lugar un cristal se rompe y un chanto de bebé amanece a esta noche imborrable el hombre entra a la habitación con la esperanza pegada en su piel repite el nombre a la vez que se da cuenta de que la respuesta nunca llegará a sus oídos ¡Tea! ¡Tea! repite ese nombre con la estúpida idea de que despierte que solo duerme pero sabe que esa garganta abierta vestida de sangre despertará en otro mundo mejor el llanto de un bebé reclama quizás un abrazo un consuelo o un quien sabe que dice un llanto del que nace a la vida por primera vez el hombre mira al bebé es una niña es una niña su hija se libera del dolor y el horror de ver a su mujer dormida para siempre en un baño de su propia sangre y corta con un cuchillo el cordón umbilical coge a su hija y ésta deja de llorar abre los ojos y mira a su padre con el negro de sus iris el padre tiembla las emociones se desatan en una lucha de poder donde todas quieren prevalecer un grito acude a la boca del padre esperado y esperanzado todo en uno mientras un aullido de lobo desaparece en la lejanía hoy, Selene cumple 16 años su padre sonríe ante la mirada de su hija aunque el recuerdo de lo que ocurrió aquel mismo día sobrevuela como una sombra sobre sus sentimientos la felicidad y la tristeza se entremezclan