Aprender a escuchar las emociones como energía en movimiento 3yy2z

Bienvenidos a La Vida es Hoy, un espacio para respirar, sentir y reconectar.

Soy Estela Millán.

Hoy nos acompañan el corazón y la reflexión.

Vamos a hablar sobre algo que está en el aire, que respiramos en casa y en todas partes, las emociones.

Soy Ana Moreno, bienvenidos.

El tema del impacto de las emociones en la dinámica familiar es un viaje hacia el amor, la comprensión y el autoconocimiento.

Acompáñanos.

Las emociones son energía en movimiento.

Nos pueden llevar a construir o nos pueden llevar a destruir, pero son parte del ser humano y necesitamos aprender a escucharlas, comprenderlas y darnos cuenta que son señales que nos están avisando de algo.

En la familia las emociones son contagiosas.

Hay estudios que demuestran que las emociones se transmiten como un eco, especialmente entre padres e hijos.

Daniel Goldman, que es un psicólogo y autor de Inteligencia Emocional, explica que el contagio emocional es un proceso sutil pero poderoso.

Nos sincronizamos inconscientemente con los estados emocionales de los demás.

Claro que sí.

Eso yo creo que todos nuestros oyentes se han dado cuenta de que nos puede suceder día a día en situaciones de mucho estrés o en situaciones donde estamos fuera de nosotros mismos.

Por ejemplo, una tristeza no hablada puede pesar en todos y una alegría compartida aligera a todos.

Vamos a escuchar una melodía que nos conecte con esta idea de vibrar juntos.

Esa canción nos recuerda que todo empieza por sentirnos.

Y por eso en este programa vamos a profundizar en el impacto en la familia de algunas emociones como la culpa, la tristeza, el miedo y la alegría.

Empecemos por la culpa, que no tiene muy buena fama y sin embargo es una emoción que está muy presente en todas las familias ya que en todas vivimos situaciones de pérdidas.

La culpa puede generar sentimientos de inseguridad, resentimiento o aislamiento y a menudo lleva a comportamientos de evitación o a la búsqueda de aprobación constante.

En el contexto familiar, la culpa puede hacer que los se sientan responsables de los problemas o que tengan dificultades para expresar sus verdaderos sentimientos.

Esto afecta a la comunicación y a la confianza dentro de la propia familia.

Así es y nos hace mucho daño.

Por eso también hoy queremos compartir claves que nos puedan ayudar a liberar la culpa.

El primer paso consiste en reconocer y aceptar estos sentimientos.

Es importante aceptar que sentir culpa es humano y que todos cometemos errores.

Por ejemplo, si sientes culpa por no haber pasado suficiente tiempo con un ser querido, reconocer ese sentimiento es el primer paso para sanarlo.

Si también hablamos de algo que sana mucho nuestras relaciones familiares es mantener comunicación honesta.

Hablar sobre lo que sientes puede aliviar esa carga emocional.

Por ejemplo, expresar a un familiar que te gustaría haber estado más presente.