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Los amores fingidos y otras obras en verso
Los amores fingidos. Capítulo 2: Una peculiar doncella y Galanteando a una fiera

Los amores fingidos. Capítulo 2: Una peculiar doncella y Galanteando a una fiera 6x5ix

23/2/2024 · 20:21
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Los amores fingidos y otras obras en verso

Descripción de Los amores fingidos. Capítulo 2: Una peculiar doncella y Galanteando a una fiera 19454n

En este episodio conoceremos a Teresa, la rebelde hija de don Francisco de Mendoza, avezada espadachín, descontenta con su condición femenina y reacia a contraer matrimonio, y a los grotescos y entregados pretendientes que la cortejan, pese a las agrias y descorazonadoras respuestas de la muchacha. 5d83

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Los amores fingidos adaptada al castellano actual por josé maría claver esteban basada en la obra homónima de antares escrita en mil seiscientos cuarenta y dos una producción de letras insólitas escena tercera una peculiar doncella tras la partida de su padre teresa se paseaba por la habitación como una fiera enjaulada yo me limitaba a coser y a observarla encima de la tarima del estrado cubierta por una estera de junco sentada entre almohadones suspiras de aburrimiento pues todo me causa hastío qué panorama sombrío qué cansancio qué tormento que tortura y qué martirio de sufrir por nacer en este siglo mujer sufre es teresa delirio enajenada locura bien has de pagar con creces tal sarta de insensateces debes tener calentura pues fiebre no me he notado puede que sea el calor o este sol abrasador lo que te causa este estado arriba de la giralda se puede freír un huevo sin mantequilla sin sebo ya estén en el betis escala que es baño turco de día y despluma una gallina pues son écija y sevilla la sartén de andalucía tía no me hacen tus bromas gracias pues de recrear te deja en tan fastidiosa queja y en tan funesta desgracia estas teresa aburrida si te pones a coser ese lienzo vas a ver cómo estás más distraída si pudiera por lo menos pasearme por las gradas y al punto cruzar espadas con jacques y macarenos digna hija de vuestro padre sin duda eres bravucona que a ninguna otra persona recordáis ni a vuestra madre como era ella cual la rosa que se abre en primavera muy delicada y ligera suave y sobre todo hermosa refinada y elegante dime clara y yo soy bella si tanto como lo era ella más desarrollo fragante de formas tan femeninas de pétalos delicados rojos y aterciopelados solo has heredado espinas ponte tú a coser que no has dado una apuntada es que estoy muy enfadada y yo qué le voy a hacer si los hombres me parecen rivales o compañeros para cruzar los aceros si esos gustos me enloquecen esa es mi pena no sé lo de tu padre también que los tratas con desdén si te pretenden a fe mía que tiene razón que le ocurrió aquel poeta que le tiré una banqueta ya que el vizconde un tazón de aquel capitán así el licenciado anillo ya don alfredo un cuchi completa la vajilla que le tiraste a la cara muy femenina no eres no me gustan las mujeres ni tampoco serlo rara eres hijo y en exceso lo fui lo soy lo seré muy bien te diré el por qué aún nadie te ha dado un beso te temen y que se prueben derrotados van y vienen la verdad es que te tienen que acercarse no se atreven más miedo que al leopardo que al león y el tigre juntos va métete en tus asuntos de planta sería escardó cactus rosal estramonio chumbera acacia o espinillo y si animal un novillo pues odias el matrimonio se me interesan los hombres para el floreo es y el juego pero si hablamos del fuego del amor ni me los nombres no tratas a las mujeres mejor me producen tedio está claro qué remedio no tienes piensa tú que eres ante todo una mujer y que a tu papel te debes mis sueños bien fueron breves teresa ponte a coser sin empezar acabaron maldita la suerte mía mi vida es cárcel sombría que al nacer me encarcelaron viven cárcel la mujer primero en su juventud por no perder su virtud no tiene ningún quehacer y cuando sale de casa carteles el matrimonio que suele ser un demonio el hombre con quien se casa y ya cuando la viudez al fin se libra de esposo vuelve a sentir el acoso como viuda toda vez que el luto lleva seguido y en casa se ha de encerrar otra vez para mostrar que está su honor protegido teresa se levantó cogió la espada ropera

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