A Golpe De Versos 1x05 - El Jardín De Las Delicias 2j1x1h

Hola, muy buenas noches. A Golpe de Versos es un espacio guiado, presentado y dirigido por Adrián Vallesa, donde el poeta del mismo nombre declamará sus poemas entre otros tantos que a él le apetezca. Si alguien quiere declamar que declame yo algo suyo o simplemente insultarme, ya saben, mensaje privado en Instagram o vallesapoetanoventitresarrobagemail.com.

Recuerden, arroba vallesa, guión bajo, poeta. Mala leche, humor negro y mucha poesía visceral y auténtica, pero sobre todo eso, poesía. Hoy vamos con una serie de poemas que hay gente que lleva tiempo esperando. El Jardín de las Delicias. Vamos con ello.

Parte 1 Entre animales y brillantes lagos los elegidos se juntan y bailan y otros a la espera, pensativos. Aquellos que se refugian entre danzantes, desnudos lentos y decididos hacia las sendas del onírico. Camino hacia el purgatorio, donde los muertos cuentan historias en forma de lienzo, pincel y pinturas, con marcos que encuadran los sueños.

Son las puertas de la percepción la entrada al valle de la perfección en aquel lejano paisaje oscuro en que los súcubos salen del río y violan a los seres del valle, cubiertos por las aguas pútridas. Y los varados condenados salen a mamar del jugo de la uva y entre tanto los pájaros miran ocultando que saben la verdad, convertida en la mentira que el rey cuervo esgrima por ser su padre el rey lagarto y su madre la reina gata.

Que uno al infierno entra y la otra del infierno sale. Que no hay más goce que la propia muerte y no hay más muerte que el propio goce. Follando con las bestias entre el caos de la guerra, la orgía de oscuridad llega para quedarse. La luna eternamente presente ve que el azar vuelve a las cartas en enormes y repulsivas ratas. Y diabólicos falos penetran sobre la dama de hierro, aquella reina que violada queda paralizada por los demonios que destruyen sus entrañas.

Y cada noche repiten la misma empresa sobre el alma varada y castigada, atada en el purgatorio entre el cielo y el infierno. Y los no muertos comerán de la uva el jugo lleno de ira del vino y del hachís que reposa. Entre las hiedras que el dios custodia, fumando de la hierba, consigues la llave donde miles de manos sostienen cuerpos desprovistos de toda vida.

Parte 2 Llegando a la mejor parte del viaje, el mejor viaje con la mejor parte. Entre jardín y jardín, entre lago, lago, manzano y manzano, partiendo en partes lo viajado del viaje entre panes tóxicos. Por incienso se han desmayado sobre la fría piedra que por su color parece yema. Guerra eterna de batallas finitas con violencia infinita.

Entre humo, ceniza y ruinas destierran a los sabios donde finalmente vestirán harapos, dando el poder a los necios con aquellos ojos deseosos. Ultraviolencia que les marca el paso, porque no saben pensar más allá de lo que Dios dicta. Y volviendo a la templada e interminable mañana, que unos llaman cielo, otros infierno, las efímeras mariposas buscan el último orgasmo de su único y finito día.

Y con el miembro erecto fuerzan a la flora el sexo que grita indudable clemencia. Entre el infierno bello y luminoso, donde hay placer fogoso, entre seres hermosos y con locura y sin tapujos, que follan todas las etnias juntas buscando la recompensa en forma de frutas frescas. Felices, enfrascados en una vida eterna, reposando en esferas de cristal que flotan en el cristalino agua a la espera de ser decantados y elevados al séptimo cielo donde sólo los ángeles esperan.

Y de visita nuevamente por el infierno una mano negra se esconde como palíndromo de inútil a la inocencia infantil regalada del pasado desvanecido por el tiempo. Aquel tormento del villanovil fingiendo ser una mujer amada escondiéndose del camino hostil. Salvajes no muertos sostienen el pájaro que goza de las vistas de las tinieblas. Severas ofrendas frutales reposan en el altar por las noches cubiertas por frágiles cenizas y tras la espera de doce largos días serán ingeridas en el jardín de las delicias.

Hasta entonces quedan en ayunas los que la oscuridad han elegido y donde combate la oscuridad