46-El Conde De Montecristo-Algo de química 3m1z61

Capítulo cuarenta y seis del conde de montecristo de alejandro dumas bienvenidos a lecturas de yamil cuéllar muchas gracias por escucharme por sintonizar mi programa empezamos la semana al rojo vivo prácticamente eloisa la chica joven con la que se casó villefort en segundas nupcias le gusta la botánica y la minera lo lo lo lo lo lo lo logia mine minerales mineralogía esas eran sus grandes pasiones pero resulta que ya se había encontrado con montecristo vean lo pequeño que es el mundo por suerte nuestro querido conde le refrescó la memoria no solamente sobre los detalles casuales desencuentro sino incluso los temas que tocaron en la conversación entre ellos sobre algunos venenos o sobre una especie de veneno era evidentemente que lo hice no quería que nadie supiera sobre los temas que le son de profundo interés porque después de sacar a todo el mundo de la habitación cerró la puerta y en esa página nos quedamos página trescientos setenta y algo trescientos página trescientos setenta y uno de la novela amigos y amigas bienvenidos una vez más a lecturas de yamil cuéllar comienzo a leerte el capítulo cuarenta y seis del conde de montecristo de alejandro dumas comenzamos veremos se cierra la puerta murmuró el conde después que salió el niño la señora de villefort cerró la puerta con el mayor cuidado el conde no dio señales de advertir después que salió el niño la señora de villefort cerró la puerta con el mayor cuidado el conde no dio señales de advertirlo la joven volvió a sentarse en la butaca permíteme una observación señora dijo el conde con la bonhomía que ya le conocemos me parece que es usted demasiado severa con su encantador retoño no hay más remedio replicó la señora de villefort un verdadero aplomo de madre es el texto de cornelio nepote el que recitaba eduardo hablando del rey mitrídates y le ha interrumpido usted en una cita que prueba que su preceptor no pierde el tiempo con el que su hijo está muy adelantado para su edad el hecho es señor conde que tiene una gran facilidad y aprende todo cuanto quiere respondió la madre dulcemente halagada no tiene más efecto que el de ser muy voluntarioso pero a propósito de lo que él decía cree usted que mitrídates usas esas precauciones que pudieran ser eficaces tanto lo creo señora que yo las he empleado en nápoles palermo y esmirna es decir en tres distintas ocasiones en que sin esta precaución hubiera muerto envenenado si es verdad ahora caigo con que me contó usted algo por el estilo en perusa no lo recuerdo dijo el conde con sorpresa irablemente representada le pregunté a vds sí si los venenos obraban igualmente sobre los hombres del norte y del mediodía y usted me respondió que los temperamentos fríos y linfático de los primeros no presentaba la misma actitud que la rica y enérgica de los segundos o es verdad he visto rusos que han devorado sin que nada les ocurriese sustancias vegetales que indefectiblemente hubieran producido la muerte a un napolitano o a un árabe de modo que usted cree que el resultado sería aún más seguro en medio de nuestras bromas y nuestra lluvia que en oriente entre nosotros un hombre se a vitoria más fácilmente que bajo una calidad latitud a la absorción progresiva del veneno ciertamente bien entendido que solo quedaría inmune contra el veneno