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Por un puñado de clásicos, el mejor cine clásico que cambiará tu vida para siempre.

Queridas huestes cinéfilas, sed todas bienvenidas a una nueva edición de Por un Puñado de Clásicos, su podcast cinéfilo y cinematográfico de referencia. Mi nombre es Jaime Arenillas y quiero hacerles una reflexión. Hay músicas que suenan distintas con el paso de los años, recuerdos que adquieren matices, una fragancia, un sonido, un tacto inesperado. La memoria expresa muchas veces de la melancolía y da forma a nuestra historia.

Del mismo modo, hay películas que nos hablan desde áreas diferentes de nuestra propia experiencia, que extirpan emociones de vivencias más comunes y de las más íntimas. Dice el refrán que a donde fuiste feliz no debieras pensar en volver. Pero hay retornos agradables, porque son una transformación en sí mismos. Y es lo que nos regala la película que hoy nos visita en el diván cada vez que la visionamos. Porque cambia, porque evoluciona, porque aporta algo nuevo en cada ocasión.

Hay cosas ciertas en la vida que apelan a la magia. O si no, díganme, ¿cómo se puede explicar que cada día que pasa Carlos Gardel canta mejor? Es un hecho, no me lo podrán negar. Pues ahora hagan esta comparativa con el maestro John Ford y su obra maestra del año 1952, El hombre tranquilo, de Quiet Man. ¿No es este el caso de una película que cada año que pasa es todavía mejor? Sí, huestes, hoy es un día de fiesta en el que ponemos alfombra de terciopelo al maestro John Ford, que nos visita de nuevo.

Y ya saben que en este programa tenemos dos declarados fordianos, como Sergio González Cachón y servidos de ustedes, y un no fordiano que es Víctor Prada. Así que hoy, en una sección que podríamos llamar solo ante el fordiano, podremos comprobar si poco a poco vamos convenciendo a Víctor de que se bautice en la fe de John Ford. Así que nada, preparen lápiz y papel, limpien el sonido de su reproductor, que nos vamos a Innisfree. ¡Comenzamos! Así que este es un programa que, en fin, que sabíamos que iba a venir, ha llegado.

Estoy viendo, ustedes no lo pueden ver porque están escuchando, pero estoy viendo a Sergio Cachón frotarse las manos de júbilo. Así que no vamos a esperar más, vamos a empezar a saludar ya a nuestros cinéfilos. Sergio, qué sonrisa tienes, qué luz en tu rostro. Buenas tardes, bienvenido. Hoy es un día de fiesta, como la semana pasada trajimos a Sergio Leone y el espagueti western, otro día de fiesta con John Ford y esta obra maestra.

La trilogía del dólar que, por cierto, nos ha pegado otro subidón en el número de oyentes, así que muchísimas gracias. Nos alegra ver que ha tenido una gran aceptación entre ustedes, nuestras westes cinéfilas. Voy a saludar también al no fordiano de esta ecuación, Víctor Prada Oslo. Muy buenas tardes. Bueno, buenas tardes, se supone, no sé si me las quieres de verdad, porque con la introducción, con los regalos que me estás dando... No, no, oye, yo solamente digo...