#312 La morada de la viuda de Carlos Luna 3i6h6l

Bienvenidos a Páginas Oscuras, el podcast que te sumerge en relatos de misterio y suspense que te dejarán sin aliento.
En cada episodio exploraremos las profundidades más sombrías de la imaginación humana,
desenterrando historias intrigantes, emocionantes y a veces aterradoras.
¿Te fascina lo desconocido? ¿Te estremece lo inexplicable?
Entonces, acompáñanos en un viaje a través de las páginas más oscuras de nuestra realidad.
Desde crímenes sin resolver hasta encuentros sobrenaturales,
cada relato está diseñado para cautivar tu mente y enviar escalofríos por tu espina dorsal.
Nos vemos en las sombras.
Páginas Oscuras.
Descubre el suspense detrás de cada página.
Baúl de Libros presenta los relatos de Páginas Oscuras.
Hoy presentamos La morada de la viuda, escrito por Carlos Luna.
La noche se cernía oscura sobre el pequeño pueblo envuelto en una densa niebla
que se alzaba como un velo entre las callejuelas solitarias.
Estas callejuelas, pavimentadas con piedras desgastadas por los siglos,
serpenteaban entre casas de tejados inclinados y fachadas de madera oscura.
La luna amarillenta de las farolas, amortiguada por la niebla,
creaba sombras danzantes que parecían cobrar vida.
Las puertas estaban cerradas con cerrojos robustos y las ventanas,
muchas de ellas cubiertas por cortinas gruesas o tablas clavadas,
tenían un aire de abandono.
En algunas esquinas, pequeños jardines desaliñados,
mostraban flores marchitas y maleza que se aferraba a los muros
como si intentaran ocultar los secretos que esas paredes guardaban.
El silencio era interrumpido ocasionalmente por el crujido de ramas
bajo el peso de la brisa y el lejano aullido de un perro
que, perdido en la niebla, parecía lamentar su destino.
Estas calles, estrechas y empedradas,
serpenteaban entre casas de tejados inclinados y fachadas desgastadas por el tiempo.
Las ventanas parecían vacías, ocultas tras cortinas raídas que se movían ligeramente,
como si alguien las estuviera observando desde el interior.
La llamaban la morada de la viuda.
Una mansión imponente de muros de piedra oscura cubiertos de hiedra
que se retorcía como si buscara devorarla.
Imponente, silenciosa, como un testigo mudo de un pasado sangriento.
Su historia estaba envuelta en misterio y tragedia.
Los ancianos del pueblo hablaban de una mujer que había perdido a su esposo en circunstancias oscuras
y que, consumida por el dolor, había recurrido a las artes oscuras para intentar traerlo de vuelta.
Dicen que lo que logró invocar no fue a su amado, sino a algo mucho peor.
Desde entonces, la casa se convirtió en el centro de historias de desapariciones,
muertes inexplicables y sombras que parecían cobrar vida.
Pero había algo más, algo que nadie podía explicar, un inexplicable magnetismo.
Algunos lugareños confesaban sentir una inexplicable atracción por la mansión,
como si algo los llevara a sus sueños o una melodía etérea resonara en el aire cuando se acercaban al lugar.
Tres almas intrépidas decidieron desafiar esas historias esa noche, Alex, Sofía y Daniel.
Tres amigos con motivos distintos, pero un mismo objetivo, desentrañar los secretos de la verdad.