25. China y la UE: ¿por qué no ser amigos en era de Trump? 5r565x

Hola, ¿qué tal? Bienvenidos a un nuevo capítulo de Estación Europa, vuestro podcast de referencia sobre asuntos europeos. Yo soy Nacho Larcón.

Y yo soy Laura Zornoza y hoy vamos a hablar de si la era de Trump es el momento de que la Unión Europea y China se acerquen.

Bueno, hace unas semanas, en el capítulo del caos comercial que había dejado abierto Estados Unidos con su nueva política arancelaria, dejábamos un poco abierto el final del podcast y hablábamos de cómo los socios comerciales, o sea, Europa se está abriendo a nuevos socios comerciales para compensar esa distorsión que está creando la política de Trump.

Hablábamos de Mercosur, hablábamos de India, hablábamos de Indonesia, Canadá, México y había un elefante en la habitación.

Y claro, es que nosotros tendemos a divagar, entonces de repente dijimos, no podemos dejar a China en diez minutos mal hechos al final del capítulo.

Entonces creímos que se merecía su propio capítulo y aquí estamos para hablar de China, de cómo, de si Trump realmente puede empujar a la Unión Europea a acercarse más a China, de si China quiere acercarse a la Unión Europea o cómo quiere hacerlo.

Hay mucha expectación sobre si este cambio en la Casa Blanca va a empujar a cambios en las posiciones en Bruselas y es útil probablemente hacer un recorrido sobre cómo ha variado el posicionamiento de la Unión Europea respecto a China y cuáles pueden ser los cambios, el margen de maniobra real que tiene la Unión Europea para modificar su estrategia y cuáles son las líneas rojas.

Este capítulo empezó un poco a pensarse cuando Pedro Sánchez, presidente del gobierno, viajó a Vietnam, a China, y hizo un llamamiento a repensar la relación de la Unión Europea con China.

Esto generó el debate en España y además este año se cumplen, decíamos, 50 años del aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas entre la Unión Europea y China y queremos explorar un poco los límites de ese acercamiento.

Aquí también es bueno hacer un breve recordatorio de que, al menos hasta el momento, la descripción de las relaciones entre la Unión Europea y China están reflejadas en la estrategia de 2019, que define al país como un socio comercial, como un competidor económico y como un rival sistémico, esa triple denominación, y que ya en la primera presidencia Trump ocurrió un poco esto.

Cuando él llegó se empezó a hablar de que quizá deberíamos acercarnos a China, de que no deberíamos seguir la línea americana 100% en China, y se empezó a utilizar la idea de la doctrina sinatra, que la Unión Europea buscaba de su propia manera, my own way, cómo tratar con China o incluso cooperar en algunos asuntos, especialmente clima, clima siempre era el asunto que se comentaba.

Llegó 2020, Ursula von der Leyen se convirtió en presidenta de la Comisión Europea y tanto ella como su jefe de gabinete, la gente más cercana a ella, se alinearon mucho con la istración americana de Joe Biden y han endurecido bastante la posición europea respecto a China.

Lo hemos visto con toda la agenda de seguridad económica, lo hemos visto con más control a las inversiones entrantes, el debate sobre la filtración de conocimiento o de tecnología hacia China, etc.

Para Estados Unidos es muy importante que Europa, por cuestiones obvias, esté alineada con su visión de China.

La visión americana de China es que tienen que mantener una importante ventaja tecnológica respecto a China, que está por ver si esa ventaja sigue existiendo o no y en qué ámbitos, porque al final la ventaja tecnológica tiene un impacto tanto en el ámbito de la supremacía económica como en el ámbito militar.

En todo caso, la doctrina actual de la Comisión Europea está recogida en un discurso que hizo Von der Leyen hace ya un par de años, que es la reducción de riesgos, en vez del reshoring o del decoupling, del desacople con China, que era un poco lo que defendía la istración americana de Biden.

Ellos hablaban de risking, de reducción de riesgos, para evitar cosas como lo que ya se vio en su momento con los es solares, donde la Unión Europea tenía una posición carísimamente mayoritaria en la producción global y hoy por hoy solamente el 3% de los es solares que se instalan en la Unión Europea están producidos en Europa.

Y es un poco evitar que eso siga pasando en el futuro.

Sí, a ver, este es el contexto con el que se llega.