241. ¿Tu adolescente quiere una moto? Piensa en esto antes de decidirte. 401v5w

Bienvenido a Adolescencia Positiva, el programa donde vas a descubrir cómo mejorar la comunicación con tus hijos. Conocerás a psicólogos, sexólogos, coaches, padres y educadores que te descubrirán las mejores herramientas para trabajar desde casa. Comienza tu camino hacia el buen entendimiento en este nuevo episodio con Diana Alacena.

Bienvenidas, queridísimas familias. Episodio 241 del podcast Adolescencia Positiva. Y os recuerdo muy rápidamente que tenemos el próximo 5 de mayo ese taller de comunicación no violenta en el que os esperamos, Elena Dieguez y yo también nos estaremos esperando, porque además Elena que es experta en la CNV, en la comunicación no violenta, nos va a dar unas pautas muy útiles y muy prácticas para ponerlas en práctica en casa con nuestros hijos adolescentes y además nos va a resultar muy útil también, fijaos, para el tema que vamos a tratar hoy.

Sabéis que están muy de moda los patinetes eléctricos, los chavales quieren tener ya su primera moto, necesitan sentirse independientes, ir de aquí para allá, nos da miedo, no sabemos si debemos comprárselo o no, entonces hoy me gustaría, porque además yo me he enfrentado también a esta situación en casa, el hecho de que mi hijo quisiera tener una moto pero también un patinete y estamos ahí que no sabemos si realmente deberíamos flexibilizar o si deberíamos decir, pues mira, no, no, la moto ni el patinete entra por casa o quizá deberíamos pensárnoslo, bueno, vamos a tratar este tema hoy porque fíjate que hay 32.000 adolescentes de entre 15 y 17 años en España que obtienen cada año los carnes que habilitan para conducir estos ciclomotores o estas motos de hasta 125 cm³ que, bueno, pues ya es una velocidad y a veces nos da mucho miedo y en nuestro país hay como 45.000 menores de edad que podrían conducirla, ¿no? Pero claro, la cifra que nos gustaría conocer es la del número de conversaciones, discusiones y enfrentamientos que hay detrás de esos carnes y de los miles que nunca se obtienen también, ¿no? Hay portazos de nuestros hijos, momentos de desesperación de los padres porque si hay una petición que asusta precisamente en la adolescencia es eso de mamá quiero una moto, mamá quiero un patinete eléctrico y sabemos que este tipo de vehículos producen a partes iguales miedo a los padres y también esa sensación de libertad a nuestros hijos y es que no es para menos porque, oye, que un adolescente tenga una moto pues suele implicar un cambio profundo también en la dinámica familiar, es un paso adelante, ¿no? En la conquista de su independencia pero también supone una gran preocupación para los que somos padres. ¿Debemos comprarle la moto o el patinete si no hay una edad exacta para tener moto o para tener patinete? Bueno, más allá por supuesto de la dictada por las autoridades con respecto a las licencias de conducción y todo esto, pero tampoco hay una respuesta general a esta cuestión.

Pero sí que hay tres preguntas que creo que debemos hacernos si nuestros hijos nos piden un tipo de vehículo de estas condiciones. Son preguntas que van más allá de la teoría y que creo que te van a ayudar a tomar esa decisión. Antes de nada, algunos consejos, ¿vale? Para afrontar ese papá, mamá, quiero una moto, quiero un patinete. Vamos a imaginarnos a nuestro adolescente o a cualquier adolescente, ¿no? Adolescente medio que desea una moto suelen ser más los chicos que las chicas. En estos casos cumplen 14, 15, 16 años y sus argumentos son variados. A veces son muy convincentes. Oye, que es que todos mis amigos tienen, que así voy a tardar menos en ir y venir, te puedes librar de estar llevándome a la escuela, al instituto, a los entrenamientos, que me lo he ganado porque he sacado muy buenas notas... Pero claro, esto es en el desayuno, en la comida, en la cena...

A veces lo hacen con un tono más zalamero, ¿no? Pero hay veces también que esto va acompañado de gritos, portazos, enfados, ¿no? Todo sea por la moto, ¿verdad? En esta circunstancia lo más importante es que seamos capaces de mantener la cabeza fría y de no dejarnos convencer ni por su cara triste, ni por su enfado, prometerles que lo vamos a pensar, repetirle que no por mucho insistir la va a conseguir y reflexionar sobre el asunto de la forma más calmada posible antes de hablarlo con él, ¿vale? Porque aquí tenemos que plantearnos seriamente el sí o el no y creo que estos consejos que voy a compartirte te van a ayudar. Por un lado, si a ti te da miedo que tenga una moto o un patinete eléctrico, infórmate. Porque el miedo es verdad que es mal consejero a la hora de tomar decisiones y la mejor manera de enfrentarse a él es la información. Busca esa información verídica que te va a ayudar.