2 parte Tertulia de capataces 364i31

Aquí comienza tradición Sevillana que conoce el mundo entero Y también es vectó- los presenta a Paco Pérez y hay que quitarse el sombrero Aquí comienza tradición Sevillana que conoce el mundo entero Y también lo presenta Paco Pérez y hay que quitarse el sombrero Continuamos con esta segunda parte de la tertulia, con Antonio Santiago, Rafael Ariza, la gente de Constantina.

Tertulia de capataces del mundo del martillo del costal, en estas luces prendidas donde se hace tarde dormida, jazmín y azahar, amor desmedido, caridad que va buscando la noche con sus llagas y sus formas de heridas que pregonan en sus luchas, porque los viejos arrabales siguen buscando las claridades sin penumbras, aroma, canto, saeta, júbilo, oración, profunda sabiduría de estos capataces sin norma, pero con una sencillez que oculta su sapiencia.

Sevilla gracia pura, y hoy seguimos contándolo en esta tertulia a contraluz, soñando con el peso de distintas formas, el amor que inventó el ángulo recto como epílogo de estos jazmines que se añoraban en azahares, el martillo como yunque, nunca mejor dicho, y en metáfora que desgarra la voz flamenca de Triana o del casco antiguo de Sevilla para acariciar como una media verónica los sentimientos de la gente de abajo.

Sevilla es el color que brota sobre la alegría en los patios, los portales, en esas formas con encanto que hace sortilegios con sus rejas de encanto, rejas floridas, cruces cancela que recibieron como heridas de arquero en esa vela donde la giralda se hace novia y centinela de estos sentimientos. Nos recorren el tiempo y la vanguardia, la tragresión y sobre todo desanfiante lo litúrgico como ceremonial.

La gente de abajo son diferentes y lo seguimos contando en este programa. Sigan atentos a lo que estamos hablando porque precisamente vamos a intentar buscar lo que se representa en el mundo del martillo del costal. Sevilla y Semana Santa siguen conscientes de la pasión y muerte del dolor de Sevilla en este tiempo cual es malo.

Eso de que tú estás diciendo que no se quiere ir al Cristo, prueba a hacerlo, a ver cuántos no se van. Prueba a hacerlo. Nos quedamos sin cuadrilla, te lo aseguro. No voy a decir nombres y apellidos evidentemente y el costalero en ese sentido. Si se queda sin costalero el compañero del capataz del Cristo, te lo aseguro.

Mira Raúl, respondiendo un poco también. Hay compañeros de Cristo que nos quedamos sin gente, o sea que al final pasa como el año pasado la anterior en Casaya que el martes santo no salió nadie. A mí me encantaría tener, es que yo la semana pasada, mira, precisamente Álvaro que va a salir contigo ahora en San José. Yo pasé un rato malísimo la semana pasada con él y con Juan que también está ahí. ¿Por qué? Porque son los dos más altos de última y le iba dando leña al palio, o sea el paso, pero lo más grande.

Pero es que no tengo otra alternativa porque tengo treinta y tantos tíos. ¿Qué pasa? O cuarenta y tantas personas. De los cuarenta y tantos vienen a los ensayos, treinta y tantos. Y yo cuando llegue, Antonio, el viernes santo o el domingo de ramos, yo le tengo que dar las gracias al costalero que viene. ¿Por qué? Porque no se queda los pasos adentro. De verdad, mira, nosotros yo cuando era costalero... Pero Raúl, ¿tú no piensas que le está dando mucha leña porque el que va adelante tiene 1,90? Se piensa igual que tú, de verdad, pero qué.

Entonces hay que solucionar eso. Pero, pero, pero, espérate un momento. Un momento Raúl, un momento.

Tú coges un costalero de aquí y dices tú, el costalero no es egoísta. ¿Por qué? Te voy a explicar por qué. Porque al costalero tú le dices que yo las tres primeras, las tres primeras veces del Cristo, perdón, las tres últimas para el palio y las tres primeras del palio para el Cristo. ¿Vale? Y dices tú, no, dices tú no, te contestas y dices, vale, perfecto. Dices yo, no...