1.913- Devocional Salmos 105:31-32, “Dios habló, y fue hecho”, Pastor Iván Reyes,31-05-2025. 12748

Cuando comenzamos a ver las escrituras como la revelación de Dios en toda su esencia, es decir, que revela la naturaleza y el carácter de Dios, la obra de Dios, el poder de Dios y todas las características o atributos de Dios, entonces comenzamos a leer las escrituras en forma correcta.

No sólo cuando leemos libros históricos que relatan, obviamente, hechos históricos, propiamente tal, estamos hablando de eso meramente, sino que estamos hablando de Dios, el Dios de la historia, quien está detrás de todos los hechos.

La mano invisible de Dios que se hace visible a través de los hechos, precisamente de los actos de Dios.

Cuando comenzamos a ver de esa manera la Biblia, entonces comenzamos a tener una concepción correcta de quién es Dios, cuál es nuestra condición y necesidad y dónde encontramos entonces la satisfacción a esa necesidad.

Comenzamos a vislumbrar la escritura como relacional, es decir, Dios se relaciona con nosotros primero dándose a conocer a sí mismo a través de su palabra y luego también en contraste mostrando nuestra verdadera condición y cómo necesitamos ir a él desesperadamente porque en él tiene identidad, alcanzamos una identidad que trasciende las cosas de esta tierra.

Por eso es importante leer las escrituras así, detrás de la escena siempre está Dios y el apóstol Pablo lo experimentó cuando dice que el Señor le dio un aguijón en su carne para que no se exaltase desmedidamente.

Detrás de la escena, de todo lo que pasó, de la enfermedad de Pablo, que no sabemos exactamente qué fue ese aguijón en la carne, obviamente está Dios obrando.

Las cosas no son casualidad, incluso los hechos de Satanás, las obras de Satanás no son al azar, el Señor permite ciertas situaciones para poder realizar y cumplir sus propósitos que están más allá del entendimiento, de la comprensión nuestra a simple vista.

Pero es evidente que eso es lo que el salmista quiere decir en el Salmo 105, todo el Salmo está teñido de esta verdad y todos los Salmos en realidad están impregnados de esta verdad.

Dios es grande, glorioso, majestuoso y digno de adoración en consecuencia.

¿Cuál es la razón por la cual existimos? Adorar a Dios, honrarlo todos los días de nuestra vida.

No somos perfectos en eso, obviamente que sí, el Señor conoce nuestra debilidad también y sabemos que no somos perfectos en eso, pero aún de nuestros grandes errores aprendemos, aprendemos lecciones importantes para allá al encontrarnos con una situación similar en lo sucesivo, no actuar de la misma manera y allí está el poder del cambio que hace la palabra en nosotros también.

Por eso el juicio o los juicios de Dios que trajo sobre Egipto para liberar a su pueblo, ese era el propósito sublime, liberar a su pueblo de la esclavitud en Egipto, conducirlos por el desierto hasta la tierra prometida, por supuesto estaba también mostrando el gran poder de Dios sobre los falsos dioses egipcios, la superioridad superlativa de Dios sobre todos aquellos dioses de la imaginación de los hombres que adoraban a los egipcios y en los cuales confiaban al mismo tiempo que aplastando la arrogancia del rey, del rey que tenía el poder de la vida y la muerte en sus manos, pero había uno que tenía el poder de la vida y la muerte eterna en sus manos y él es superior por supuesto y por tanto cuando ejecuta sus juicios allí se ve la mano gloriosa de Dios obrando de una manera especial.

El versículo 31 del Salmo 105 dice Habló y vinieron enjambres de moscas y piojos en todos sus términos, les dio granizo por lluvia y llamas de fuego en su tierra, destrozó sus viñas y sus higueras y quebró los árboles de su territorio.

Habló y vinieron langostas y pulgón sin número y comieron toda la hierba de su país y devoraron el fruto de su tierra y dio de muerte a todos los primogénitos en su tierra, las primicias de toda su fuerza.

El sujeto como hemos visto anteriormente es Dios en todo eso, los verbos que inician la acción todos hablan de Dios, Dios es el que está detrás de la escena a través de Moisés usando a Moisés como una persona de carne y hueso y a Arón para que pudiese a través de ellos poder manifestar su poder y su autoridad para humillar, para destruir la autoridad.