Voces de Metrópolis T2E13: Érase una vez en el Oeste 4r6u6n

Decía Voltaire que la política es el camino para que los hombres sin principios puedan dirigir a los hombres sin memoria.

Vivimos en la era de la posverdad, una era donde los hechos objetivos quedan en un segundo plano en pos de la visceralidad, de la emoción, el populismo y la demagogia.

Todos lo sabemos y sin embargo nos dejamos llevar por esta ola miserable que nos manipula y nos modela el antojo de los que mandan.

Mi irado Jesús Quintero decía que jamás en toda la historia de la humanidad hubo tanta gente orgullosa de no haberse leído un puto libro en toda su vida.

Esa frase de algún modo también significa que jamás en toda la historia hubo tanta gente orgullosa de permitir que otros pensasen por él.

De abandonar la libertad de pensamiento para ponerla en manos de otros que nos digan que es exactamente lo que tenemos que pensar, en qué creer, qué amar y qué odiar, sin importar la verdad porque ¿acaso a alguien le importan estas alturas? Y así nos va, poniéndonos las orejeras de burro mientras los ladrones de tumbas más avariciosos que la humanidad haya conocido vuelven hermanos contra hermanos manipulando la historia y contándola a su antojo porque ¿acaso vas a acudir a un libro a encontrar la verdad? Disonancia cognitiva y sesgo de confirmación, así lo llaman en psicología.

Hemos pasado de la verdad os hará libres a la libertad os hará verdaderos porque nuestra verdad sesgada interesa mucho más que la verdad objetiva.

Hemos pasado de pienso luego existo al creo luego tengo razón.

Del espíritu crítico a la masa aborreguida, a los dos minutos de odio frente a quienes no piensan igual que nosotros.

De verter todo nuestro odio en redes para apoyar nuestra máxima como fanáticos cegados por las ideas de nuestro dictador supremo.

¿Y si piensas que esto no va contigo, que a ti no te ocurre? Solo dime.

¿Cuándo fue la última vez que aceptaste una idea diferente a la tuya? Comienza Voces de Metrópolis.

13º programa de esta segunda temporada, un numerito que dicen que trae mala suerte pero como la mejor manera de afrontar los miedos es enfrentarse a ellos pues hoy vamos a ponernos frente a él al amanecer para hacer un duelo mexicano frente a la mala suerte.

Y para ello tenemos a los pistoleros más temidos a este lado del Ebro o a este lado del Guadalete o a este lado de donde sea.

El primero de ellos cabalgando en lontananza contra el viento espoleando a su caballo más allá del sol, el de la mirada de hielo, el haz de picas, el terror de la frontera y el revolver más rápido de Gandía. Desde Loreto y para el mundo, Leonardo, el sheriff salvaje Jiménez. ¡Al ataque! Experiencia como escritor.

Ahí está, el bueno, el sheriff salvaje.

¿El sheriff negro? ¿Te acuerdas de esa película, Leonardo? Claro que sí, claro que sí, ¿cómo no me voy a acordar? Yo, siendo el sheriff negro, ¿te crees que me lo he perdido? Aunque tú eso de negro no, tú eres de los que te ponen coloradito cuando llega el verano, Leonardo.

Como dice tu prima Irra, de Coloso y vosotros, ¿qué os ponéis colorado? Pues sí.

Y en segundo lugar, el cazarrecompensas más temido del celuloide, el güero de cortadura, el winchester más rápido del desierto y el único capaz de hacer que una bala doble una esquina, Jacobo de Kidd Cortés.

100% ibérico.

De Kidd tú, que eres más chico que yo, que eres más joven.

Pero tú tienes cara de niño, tú tienes cara de niño, Jacobo.

Eso sí es verdad, eso sí es verdad.

Yo fui doble de Leonardo DiCaprio en la película esa de San Reimi, de Rápida y Mortal.

Rápida y Mortal, mirad, se me olvidó, esa va a los placeres culpables, tío, mira que la tenía apuntada y todo, ¿eh? No, brepe.