Vivir en Getxo (1x05) 6x413h

VIVIR EN GUECHO, un podcast de e-home inmobiliaria en colaboración con Vinilo FM, con José Ruiz.

Pues Arracha el León, buenas tardes y bienvenidos al primer lunes de junio. No es el nombre de este programa, pero podría ser el primer lunes de cada mes. En este caso, pues sí, es el mes de junio de 2025 para más señas. Y como siempre, aquí estamos en VIVIR EN GUECHO con José Ruiz. José, ¿cómo estás? Bienvenido. Buenas tardes, Gonzalo. Pues muy bien, muy bien.

Ya estamos a las puertas del veranito y deseando que empiecen los planes al aire libre, ya sabes.

Bienvenido, Diego. Una vez más te doy la bienvenida a tu propio podcast. Sí, tengo una jeta. José, por cierto, que últimamente te estás convirtiendo en embajador de lujo. Yo creo que de todo lo que te rodea un poco, te va a fichar gobierno vasco, ya verás, a este paso para que las promos… A ver, si es verdad, yo estoy abierto a escuchar cualquier propuesta, ya sabes. Tu voz en los toros caería genial.

En los toros, no lo veo. Ya, luego… Sí, es una cosa muy personal. A mí me encantan los toros.

Ah, bueno. Me encantan. Entonces estarías bien. Lo que no me gustan son los toleros.

Ah, entiendo. Entonces no sé si va a estar muy aceptado. Es un problema eso. Bueno, aún así para vídeos turísticos también te sales, José. Y para un poco de difusión de nuestra cultura, bueno, de hecho, tu última víctima creo que han sido las gilas. Sí, ya sabes que yo soy un amante de las gildas y he tenido la ocasión… Lo he sabido ahora.

Bueno, lo supe el otro día con tu vídeo. Sí, sí, sí. Y he tenido la ocasión, además, de visitar, que me ha hecho mucha ilusión, de visitar la Gilda del Norte. Y te voy a contar un poquito, Lengol, en qué sentido estuvimos haciendo la visita. Resulta que recientemente en el Colegio Europa han hecho un cóctel solidario.

Mis hijos mayores van al Colegio Europa y este año le ha tocado a mi hija, entre los organizadores, al curso de mi hija, organizar ese cóctel. Y en ese cóctel lo que hacían los chavales era pedir participación a negocios locales, pues un negocio de participación en términos de donación de cosas para comer, de picoteo, donación económica o donación de cosas para poder sortear.

Y una de las cosas, bueno, yo aprovechando esta situación y que conozco a los propietarios de la Gilda del Norte, pues les pedimos unas gildas. Y no solamente nos dieron un lote de gildas, sino que nos invitaron a conocer pues cuál es el proceso que tiene la Gilda del Norte. Y me quedé asustado. Me encantó, me encantó. Porque es algo que...

Bueno, ellos tienen una plantación de piparras en Lezama. Y bueno, pues yo me imaginaba el típico invernadero con la azada, mi desconocimiento. No, para nada. Es espectacular. O sea, lo tienen absolutamente todo medido. Es una plantación que cada planta tiene su, no sé cómo se llama, ese pequeño bulbo que se alimenta de manera constante mediante unos nutrientes que tienen súper controlados. Y que además, bueno, pues aprovechan, por ejemplo, los huitos de las aceitunas, los trituran y sirven como nutrientes para las piparras. Sí, sí, sí, es espectacular.

Y entonces, pues bueno, tuve ocasión de entrar en ese invernadero que según entras ya el aroma a la gilda te inunda y dices, ostras, qué apetito me está entrando. Además, entramos justamente antes de comer y fue como una pequeña tortura, ¿no? Luego, tortura en el buen sentido. Después de ver aquello, como está todo tan controlado y tan aséptico, pues pasamos a la sala donde despiezan las piparras y donde ya montan con todos los ingredientes de cada una de las gildas. Y me encantó, o sea, me encantó todo, me encantó el ambiente. Estaban ahí montando las gildas, cortando con musiquita, estaban bailando.

Bueno, me encantó, me chifló y además nos regalaron nada menos que 200 gildas. Las disfrutamos un montón. Y ya de paso, pues desde este altavoz que me da Vinilo FM, voy a aprovechar para agradecer, pues a la Gilda del Norte, al Burdiñola, que nos regaló unos pinchos, a la Juria, al Kaiso, que nos dieron tortillas de esas maravillosas que tienen.

Quien más en Sapore Gourmet, Antonio, nos donó pues un buen bote de aceitunas. En Fugu Sushi nos dieron una bandeja de sushi impresionante. Iñaki Zamayoa, de Hortoncia Zamayoa, nos dio una cantidad económica muy importante. Incluso E-Home Inmobiliaria, por supuesto, colaboró también económicamente con el evento.

Y lo importante es que todo lo recaudado en ese evento va todos los años a una causa benéfica y este año ha ido a parar a Biocruces al desarrollo de inmunoterapia, la investigación para frenar los efectos del cáncer. O sea que, chapó, ole, Colegio Europa y ole a todos los patrocinadores.

Sí, sí, bueno, y ole tú, José, que si no es por ti creo que habría quedado bastante menos la donación.

Bueno, una geldita menos hubieran conseguido.

Bien movido y con una causa que merece mucho la pena. Bueno, José, vamos con el podcast.