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Descripción de Las verdes praderas 49g3k
Tratamos una de nuestras obra favoritas de Garci, dentro del ciclo que le estamos realizando. Posiblemente una de las peliculas mas acidas del director y por supuesto mas adelantadas de su generación. 4342n
Este contenido se genera a partir de la locución del audio por lo que puede contener errores.
Estudia, trabaja, échate novia, cásate, cómprate un piso, un chalé, un coche.
Y trabaja como un burro para pagar las letras, los colegios de los niños, el friegaplatos, la cortadora de césped.
Y te das cuenta que has vivido para Sea, para Phyllis, para Banús, para Zanussi, para el corte inglés, para la confianza y su puta madre.
José, a mí tampoco me gusta esto, los niños. De Madrid al chalé, del chalé a Madrid, los niños.
Y verte cansado por la noche. Esa es toda mi vida.
La hija del militar chusquero también ha renunciado a muchas cosas.
Ya lo sé, Conchi, ya lo sé.
A mí me sobra. El coche, el chalé, el friegaplatos, la cortadora.
No, no, si no te digo nada. Si lo único que he hecho a mí...
El sótano de Radio Belgrado.
¿Cómo se le puede ocurrir decirme que no escucha el sótano de Radio Belgrado? Y el Radio Belgrado transmitiendo para todos los sectores del frente.
El sótano de Radio Belgrado.
Mandanga sublime.
Mandanga.
El sótano de Radio Belgrado.
Domingo iba yo con mi padre camino de siete picos.
Siempre decía que eran su vida.
Que le desintoxicaban del plomo de la linotipia.
Nos levantábamos a las siete de la mañana.
Prenarbaez y luego el tren en Príncipe Pío.
Mi madre nos preparaba unos bocadillos de tortilla y algo de fruta.
Llevaba su bota con vino, pero era de aluminio.
Sigue.
No, si no es nada.
Serían las once de la mañana cuando pasamos por Villa Clara.
Eso, Villa Clara.
Miramos por la verja con iración.
La ilusión de mi padre hubiera sido tener un chale en la sierra.
Había un hombre en el porche, sentado.
Leyendo el ABC.
Fumando tranquilamente.
En el garaje había un coche muy limpio, reluciente.
Verde.
Un Morris, creo.
No, seguro un Morris, sí.
Dos niños jugaban en el jardín con un coche de pedales, rojo.
Seguimos mirando un rato y luego volvimos a caminar.
Pero recuerdo que pasó mucho tiempo antes de que habláramos.
Yo iba pensando.
Algún día, cuando yo sea mayor, yo seré ese hombre.
Con un chale, pre-tranquilo, leyendo el periódico.
Y mis hijos, de pedales.
Pero eso no es nada.
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