EL ÚLTIMO VERDUGO: Los emisarios de la muerte_2x40 3m4l4j

Amanece en el horizonte un grupo de tambores cubiertos con parches dispensados lo que se conocía como las cajas destempladas comienzan a redoblar es el conocido como el sonido de la muerte la apertura del cortejo final la apertura del viaje hacia caronte miles de personas esperaban muchos de ellos desde altas horas de la madrugada y aguardaban impacientes en la plaza alrededor de la tarima del patíbulo que había lo habían montado esa misma noche alrededor de la cárcel muy cercano a ella martillazo a martillazo mientras el condenado a muerte escuchaba cómo preparaban su propio rito final era la gran y última ópera entonces daba comienzo el cortejo habitualmente el condenado iba lomos de un asno de un burro sentado mirando hacia la grupa o directamente arrastrados por el animal y al llegar a la plaza comenzaba el segundo acto de la ópera la lectura de la sentencia entonces el reo subía al patíbulo y el verdugo que esperaba junto a la tarima comenzaba a encaramarse a las escaleras y subí hacia él muchas veces nervioso tenso y a veces incluso aliviado por diferentes y varios tragos de anís porque debajo estaban sus seguidores sus adeptos y sabía que si conseguía una muerte limpia habría aplausos ovaciones felicitaciones como los antiguos gladiadores triunfantes de esa roma pero si la muerte era sangrienta un mal corte un error en el nudo de la horca una escabechina entonces él sería abucheado insultado denigrado allí se agolpaban las madres los niños los ancianos todos querían presenciarlo todos que ryan ver la agonía en el rostro desencajado todos querían presenciar el retrato de la muerte sabían que al ajusticiar llegaría el penúltimo acto su desmembramiento público y después el gran final la contemplación del cuerpo la contemplación de los trozos la contempla muchas veces incluso de las propias vísceras y si era ajusticiado resulta que era conocido que era una persona de renombre que era alguna persona la realeza o que había tenido un cargo importante entonces corrían presurosas las personas hacia el cuerpo para impregnar un pañuelo en sangre y de esa forma conservar ese último recuerdo era el momento de la simple privacidad de la vida esta noche el último verdugo los emisores de la muerte comienza abismo yo no yo el padre no como cuántos años diputación hablamos de ocho meses acusado de un delito un delito no tuvimos por eso santamaría pues estamos escuchando de fondo antonio lópez ese de los últimos verdugos españoles aquellos que vamos a hablar de ellos porque es es un mundo increíble desconocido y pocos saben que incluso ellos creaban sus propios garrotes vil los llevaban en una maleta negra no pesan más de siete kilos y los escondían habitualmente debajo de su cama los guardaban se los coleccionaban si había habido muertes importar