Te rompió el corazón… y te hizo el mayor favor de tu vida c4061

Sí, lo sé. Te dejó, te traicionó, se fue sin mirar atrás y tú te rompiste. Pensaste que el mundo se te venía abajo, que nadie más iba a quererte igual, que eso que habías perdido era lo mejor que te había pasado en la vida. Pero lo que no sabes es que ese día, aunque tú no lo entiendas aún, empezaste a curarte, porque no te dejó, realmente te liberó, te quitó la venda de los ojos, aunque en ese momento solo vieras oscuridad.

Tú pensabas que sin esa persona te ahogarías y no podrías respirar, que el vínculo era tan fuerte que incluso el dolor tenía un sentido y no veías que eso no era amor, eso era apego, miedo, era necesidad maquillada. Lo confundiste todo, porque así nos educaron a sufrir por amor, a justificar lo injustificable, a quedarnos donde duele, solamente por no estar solos.

Nos dijeron que quien te quiere te hace llorar, y tú lo creíste. Y te acostumbraste al maltrato disfrazado de afecto, a las ausencias como prueba de amor, a los silencios como castigo, a vivir en modo espera, esperando que cambie, que mejore, que te valore, pero no cambió, y se fue, y tú creíste que se acabó todo.

Y no, lo que se acabó fue la mentira, se acabó el autoengaño, se acabó vivir a medias. ¿Sabes por qué dolió tanto? Porque tú nunca te hubieras ido. Tú te habrías quedado ahí, suplicando cariño, pidiendo perdón por sentir, haciendo malabares emocionales para no incomodar al otro. Y la vida, cuando ve que tú no te vas, te empuja, te arranca lo que no puedes soltar, te deja sin nada para que empieces de nuevo. Después de que se va, viene el vacío, el silencio, las dudas.

Te preguntas, ¿fue suficiente? ¿Me equivoqué? ¿Y si hubiera hecho esto distinto? Y ese es el peor momento de todo esto, y a la vez el más poderoso, porque por fin estás solo y eso que tanto temías es lo que te va a curar. Ahora puedes reconstruirte sin las piezas rotas del otro, ahora ya puedes verte sin ese espejo sucio que distorsionaba tu valor. Tú no eras difícil de amar, estabas mal acompañado, no eras demasiado, simplemente eras demasiado poco para alguien que no sabía amar.

El problema es quedarte donde no te ven, querer arreglar a quien no quiere cambiar, cuidar a quien no se cuida a sí mismo. El problema no es que se fuera, sino que tú no te fuiste antes. Y eso no es culpa, eso es herida, porque cuando creciste con el amor condicionado aprendiste a aguantar, a callarte, a no molestar, a mendigar migajas, porque el banquete parecía demasiado para ti, pero escúchame, tú no estás aquí para mendigar amor, estás aquí para darte lo que no te dieron, para ser tú quien se elige, para aprender a no volver a aquello que te rompió.

Si estás en ese punto, que es ese lugar oscuro donde no sabes si gritar o llorar, tengo algo para ti. En mi web, en paconavas.com tienes hipnosis que no solo ayudan a entender este proceso sino a sanar de verdad. Especialmente hay una que te recomiendo, que es la hipnosis para romper con el pasado, la hipnosis para romper el sabotaje personal, la hipnosis para tomar las riendas de tu vida, las hipnosis de autoestima. Sanar no es preguntarte por qué no se quedó, sanar es mirar hacia atrás sin nostalgia, dándote cuenta de que eso no fue amor sino una cárcel decorada con besos.

Esa presencia era inestable, era una amenaza disfrazada de promesa y tú, tú mereces paz, no una pasión tóxica, no celos, no castigos, nada de juegos mentales. Mereces que te quieran, por supuesto, pero sin trucos, sin te amo que hoy es sí y mañana es no. Aquí y ahora empieza tu verdadera historia, sin depender de nadie para que seas feliz, sin repetir lo mismo con otra cara, porque la vida te quitó aquello que no necesitabas y aunque tú creías que sí, no lo necesitabas.

Ahora tú estás libre y te toca dejar de elegir.