T614 - KONRAD CURZE: El Acechante Nocturno - Crítica y Resumen TERRAESCRIBIENTE 412ar

Terra Escriviente. Relatos e historias de Terra y de otros mundos.

Bienvenidos malparidos bastardos del cuadragésimo primer milenio. Aquí no hay espacio para vírgenes del alma ni fanáticos de biblioteca. Este es el sagrado antro de la herejía narrativa, el pútrido y glorioso calabozo literario conocido como crítica y resumen de Terra Escriviente. Y hoy cabrones nos vamos a zambullir con lengua, tripas y semen espiritual en una de las novelas más oscuras, violentas y deliciosamente perturbadas de la jodida historia de Warhammer 40,000, Conrad Curse el acechante nocturno, o como le digo de cariño, la poesía escrota del miedo encarnado.

Antes de lanzarnos de lleno al núcleo de esta historia, una que desafía las estructuras narrativas convencionales del género, os invito a revisar la descripción de este episodio. Allí encontraréis el enlace directo a nuestro Patreon, donde podréis acceder al audiolibro completo de Conrad Curse, el acechante nocturno sin restricciones, para que podáis experimentarlo en su totalidad, con el peso de cada palabra y el susurro de cada secreto.

Conrad Curse, el hijo de puta favorito del emperador que nunca quiso tener. El bastardo que nació en la cloaca de Nostramo, y que, en lugar de llorar como un bebé normal, salió del útero arrancándole los ojos al médico, y susurrándole ya baliste verga al primer rayo de luz. El mismo que decidió que la única forma de imponer orden era arrancando dientes, colgando cuerpos, y dejando a la gente tan cagada del miedo, que preferían tragarse cuchillas antes que romper una ley.

Este libro no es una historia, es una confesión psicótica con olor a hierro, sangre y resentimiento destilado. Es Conrad Curse, encerrado como animal rabioso en una celda imperial, hablándole a una estatua del emperador como si fuera su ex, con odio, sarcasmo, y ese toque de locura dulce, que sólo los verdaderos hijos de perra pueden lograr. ¿El plot twist? El cabrón sabe que va a morir. Y le vale verga.

Es más, la está esperando con las piernas abiertas y una sonrisa que dice, vamos mátame maldito pero hazlo con estilo. ¿Te gusta el drama? Aquí hay más tragedia que en una telenovela mexicana escrita por Nietzsche. ¿Te gusta la acción? Aquí hay más hostias que en una misa orca. ¿Te gusta el terror? Este libro huele a calzón de sádico y se siente como si te lamiera el cuello un psicópata con lengua de vidrio molido. Curse es el antihéroe de antihéroes.

El cabrón que no necesitaba demonios para volverse loco porque su locura venía de fábrica, , edición coleccionista con pesadillas incluidas. ¿Y saben qué es lo peor? Tenía razón, el imperio era una mierda hipócrita, sus hermanos unos mequetrefes de armadura pulida, y el emperador un padre ausente con complejo de dios alcohólico.

Curse fue el único que dijo las verdades sin vaselina, con puño cerrado y dientes apretados. ¿Y qué hicieron con él? Lo encerraron como a un perro que muerde porque le patearon el alma. Y entre los flashbacks que le revientan la mente como latigazos, vemos su infancia de mierda, su ascenso brutal, sus visiones sangrientas del futuro, y sus eternos monólogos que son poesía para los oídos del caos.

Sí, porque cada palabra de Curse es como un puñal elegante, entra con estilo, pero cuando sale te arranca algo del alma. Hay cameos sabrosos de otros desgraciados ilustres como Zebatar, el poeta de la decapitación Talos, el filósofo con motosierra y el conde pintado, ese maniquí asesino con estilo de barbero carnicero, y todos orbitan alrededor del sol negro que es Curse, ese cabrón magnético que arrastra destrucción como si fuera su perfume. Y el mundo, Nostramo, era tan cochino como una toalla húmeda en casa de Nurgle, una bola de mierda gótica donde las ratas tenían impuestos y los políticos eran devotos del crimen organizado.