Sola ante el peligro, sola ante... Miguel Pedrero 4t1g47

Buenas noches, centinelas. Vuelvo con una nueva entrega de sola ante el peligro y esta vez con una entrevista que estaba deseando hacer. Una persona con la que estaba deseando hablar.

Para mí, uno de los grandes, Miguel Pedrero. Investigador, periodista por casualidad, escritor y colaborador de programas como La Rosa de los Vientos y El Colegio Invisible.

Además de director y presentador de Protagonistas de lo Insólito junto a Carlos Gabriel Fernández.

A Miguel le gusta pisar terreno, hablar con el testigo, saber. Por eso ha publicado Pero no lo digas, porque durante varios años ha investigado la historia de Estrella, que desde 1976 ha estado en o con seres venidos de otras galaxias.

Ellos le han salvado la vida en dos ocasiones. Le han comunicado numerosos mensajes y a día de hoy aún siguen ahí, a su lado. Esta noche no os lo va a contar, así que me callo para que podáis disfrutarlo. ¿O qué? Soy Davinia González y hoy, hoy estoy sola ante el peligro. Sola ante Miguel Pedrero.

Pues buenas noches, Miguel. ¿Cómo estás? ¿Qué tal? Muy buenas, Davinia.

Muchas gracias, de verdad, por compartir este ratito conmigo porque, mira, yo tenía muchas ganas de pillarte por banda. Y cuando publicaste Pero no lo digas, me lo compré al instante, que por cierto me llegó firmado, y dije ahora o nunca. Así que, de verdad, gracias.

No, bueno, gracias a ti. Lo comentábamos ahora a micrófono cerrado, que cuando uno escribe un libro es para que se conozca. Si no, uno no escribe un libro. Así que yo muy agradecido de que te hayas acordado de mí para hablar de mi libro.

Pues antes de entrar de lleno en esta historia, en la fascinante historia de Estrella, dices que hace décadas que caíste en las garras del asunto OVNI. ¿Recuerdas? Bueno, claro que lo recuerdas. ¿Cómo empieza tu pasión por este tema? Cuéntanos.

Pues la verdad es que no lo recuerdo muy bien. Desde que tengo uso de razón me interesa este asunto. Y recuerdo incluso que tenía ocho años y en clase el que terminaba antes las tareas que nos ponía la profesora nos dejaba leer una colección de libros que tenía. Eran varias colecciones de libros sobre la prehistoria, sobre inventos, sobre estas historias.

Y había una colección sobre enigmas, enigmas del mundo. Y ahí te hablaban de... eran fascículos en donde había más dibujos que texto para niños. Pero te hablaban del Bigfoot, de los OVNIs... y yo creo que me leí el de los OVNIS cuarenta veces. Yo creo que estudiaba sólo para terminar antes y poder ponerme a leer esos fascículos. O sea, al final la profesora, recuerdo que me los regaló.

Me regaló esos fascículos para que me los llevara a casa. Claro, veía tanto interés en mí en leer concretamente esos fascículos porque no te creas que me iba a otros que me los regaló. Entonces, siempre, desde que tengo uso de razón, me interesa en este tipo de asuntos. Y yo era un niño que con 11 años, 10 años, me iba al kiosco a comprar la revista Karma 7.

Y recuerdo que el kiosquero no quería vendérmela porque me decía, pero esto no es para niños. Y yo decía, no, es que es para mi padre. Y me decía, pues que venga tu padre. Casi como si estuviera comprando una revista erótica o pornográfica. Era como la gente que compraba el caso, que lo tenía que hacer a escondidas, pues igual. Pues un poco igual.

Y muchos de esos artículos no los entendía demasiado, pero a mí había algo que me atraía.

Y fíjate que Karma 7, en esa época, era una revista bastante esotérica. Quizás no iba en la línea de lo que yo me esperaba encontrar, pero era lo que había. Y yo me compraba Karma 7 y luego convencí a mis amigos para irnos con las bicis a la zona de la Torre de Hércules, porque yo soy de la Coruña, del barrio de Monte Alto, que es el barrio que está pegadito a la Torre de Hércules.

Y yo convencí a mis amigos para irnos de noche por ahí con las bicis a la zona de la Torre de Hércules, que entonces estaba mucho más apartada incluso que ahora, para ver ovnis, para ar con los ovnis con 10 y 11 años. Eran otras épocas donde los niños vivíamos en la calle y hacíamos prácticamente lo que nos daba la gana. ¿Y visteis alguna o no? No, no, no. ¡Qué va, qué va, qué va!