
Síndrome de la amapola alta, la mediocridad como norma 475743
Descripción de Síndrome de la amapola alta, la mediocridad como norma 1q116i
El síndrome de la amapola alta describe un fenómeno social donde las personas destacadas son criticadas o marginadas simplemente por sobresalir. Este concepto, inspirado en relatos históricos donde gobernantes "cortaban las plantas más altas" como símbolo de eliminar a quienes destacaban demasiado, se manifiesta en diversos contextos sociales. Aunque los humanos buscamos naturalmente pertenecer a grupos, esta tendencia frecuentemente compromete nuestro pensamiento crítico. En entornos sociales, familiares y laborales, quienes sobresalen suelen ser excluidos o marginados. En el ámbito empresarial, este síndrome se refleja en políticas que promueven la uniformidad salarial para evitar envidias, ascensos basados en evitar conflictos en lugar de reconocer el talento, y la postergación de personas capaces pero con menor antigüedad. Las organizaciones políticas representan quizás su expresión más evidente, donde los líderes se rodean de personas que no amenacen su posición, premiando la lealtad sobre la competencia. Las consecuencias son una cultura organizativa deteriorada, análisis crítico limitado y decisiones ineficaces. Los entornos que penalizan la excelencia sofocan la innovación y el pensamiento independiente, conduciendo inevitablemente a la mediocridad institucional y resultados subóptimos. 524m52
Este contenido se genera a partir de la locución del audio por lo que puede contener errores.
¿Una vez has sentido que cuanto mejor sabes hacer las cosas, más te odian? Pues bienvenido al mundo donde destacar se ha convertido en un mundo peligroso. Además, un mundo que explica este concepto denominado la amapola alta.
¿Quieres saber qué es este concepto de la amapola alta? ¿Quieres conocer ejemplos reales? ¿Quieres saber cómo combatirlo? Estate con nosotros unos minutos que te lo voy a explicar completo.
El concepto de la amapola alta tiene un origen metafórico. Muchos filósofos de la época del estilo Aristóteles cuentan versiones distintas para referirse a un gobernante que se llamaba Tarquino el soberbio, donde en una situación Tarquino se encuentra paseando por un jardín con su hijo y Tarquino lleva unas tijeras de podar. Es un jardín lleno amapolas y Tarquino le va contando a su hijo que para conservar la belleza del jardín tiene que ir cortando esas amapolas que sobresalen de todo el resto. Buscando, decía Tarquino, la uniformidad del jardín y por tanto la belleza del mismo.
Su hijo entiende estas palabras como que para poder gobernar de una forma segura hay que cortarle las cabezas. Y entonces esto es lo que él entiende de su hijo, que para mantener la belleza de la sociedad, para mantener algo armonioso, armónico dentro de la sociedad en la cual él es el gobernante, la gente que destaca a la gente que sobresale hay que cortarle la cabeza.
Y este concepto es ahí que se ha quedado hasta nosotros conocido como el fenómeno social de la amapola alta. Es un fenómeno social en el que las personas que destacan de forma sobresaliente con sus logros y talentos son despreciadas, atacadas y criticadas simplemente por el mero hecho de destacar. Ese es el concepto básico de la amapola alta.
Lo podemos ver en diferentes situaciones reales. Por ejemplo, en el entorno laboral. Imagínate esta situación. Estás en una reunión de trabajo donde el jefe establece una serie de problemáticas, una serie de contexto que se encuentra la empresa y el propio jefe aporta la solución. Y esto también es típico de estas reuniones donde el jefe una vez que él ha contextualizado el problema, él ha aportado la solución, pregunta a los demás qué les parece la solución que le ha aportado.
Claro, la situación más normal que nos podemos encontrar es que prácticamente todos los allí sentados, subordinados de este jefe, pues asienten y callen diciendo que la solución del jefe es oportuna crítica e incluso aparecerá por ahí alguien diciendo todas las bondades y todas las ventajas que esta solución del jefe ha aportado. Pero nadie va a disentir.
Y eso ocurre es que posiblemente en la cultura de esa empresa se ha instaurado la cultura de la amapola alta. Quizás si eres capaz de decir una alternativa distinta, una opción distinta a la que el jefe está planteando, en muchos casos el jefe quizás hace un poquito de teatrillo a la hora de escucharte pero desde luego no va a atender tu idea porque él ya tenía tomada la suya.
Malmente esto ocurre así es que ese jefe es un jefe inseguro, que no acepta la diversidad de ideas y además es un jefe que tampoco acepta que él no tiene todo el conocimiento.
Entonces si es inseguro y no acepta estas cuestiones, lo más normal es que te corten la cabeza.
Aparecen frases cuando sales de esa reunión, frases como Tío, te estás flipando, no seas un pelota, parece que vas a heredar la empresa.
Estas son frases que nos tienen que dar una idea de que el síndrome de la amapola alta parece que está instaurado aquí en esta compañía.
A mí me pasó un caso concreto, por ejemplo en el servicio militar, todos los días que estabas en el servicio militar y para todos aquellos que lo habéis hecho, todas las tardes cuando se pone el sol hay que bajar bandera.
Y eso conlleva un pequeño acto.
Hay que bajar la bandera, sale un soldado de reemplazo y baja la bandera, se toca el hino de España y todos los que están allí presentes se tienen que cuadrar, se tienen que poner firmes y ver cómo bajar la bandera.
Es un acto que dura apenas un minuto, minuto y medio.
Yo me acuerdo que me lo tomaba con la solemnidad de un acto, es decir, pues ya que lo haces lo haces bien.
Se baja la bandera, te cuadras, ves cómo la bajas, va a durar un minuto y lo haces de forma correcta, en una posición correcta.
Bueno pues al cabo de dos o tres días pues empiezan los calentarios.
A Cheo Pascual es que parece que va a salir el sol.
Comentarios de Síndrome de la amapola alta, la mediocridad como norma 6s5n4r