Si las miradas mataran (1994) BETTE DAVIS / Biografía, Documental / Cine Clásico 6y5y

Hola, soy Peter Graves, bienvenidos a Biografía.

Entre los tipos más duros que tenía la Warner Brothers, con actores como Cagney, Bogart o Edward G. Robinson, podíamos encontrar también a una de las mujeres más fatales, Bette Davis.

La pugna entre Davis y el jefe de los estudios Warner, Jack Warner, por los guiones y repartos, es más que una leyenda que a Davis le reportó no sólo mucha publicidad, sino la obtención de papeles en películas que aún están consideradas como algunas de las mejores de los años 30 y 40. A lo largo de toda su vida, Davis fue una mujer que luchó por poder ser ella misma, en un mundo claramente dominado por los hombres.

Bette Davis se ha convertido en la actriz más mitológica de todos los tiempos. Bette Davis, si las miradas matasen...

Sacaba partido a todo lo que tenía, los ojos, su voz...

Fue la pionera haciendo cosas que la gente jamás había incluso imaginado.

Envolvía de magia la pantalla.

Su carrera se extiende durante 60 años, a lo largo de los cuales hizo unas 80 películas.

Tenía un gran carácter y una enorme capacidad de resistencia.

Podía ser difícil, pero tenía asumido que estaba en un mundo difícil.

Desgraciadamente, ese increíble talento y esa pasión que desplegaba en escena, era un producto de una vida llena de altibajos emocionales.

Me considero una persona muy afortunada, y con una maravillosa vida en lo que respecta a todo lo que he logrado.

Pero también debo decir que no creo haber tenido una vida fácil.

Nació en Lowell, a las afueras de Massachusetts, el 5 de abril de 1908, y su nombre de pila era Ruth Davis. Sus padres, Ruth y Harlow Davis, constituían una hermosa pareja cuyo futuro se presentaba bastante prometedor.

Harlow estudiaba derecho mientras su madre criaba a Beth y a su hermana pequeña, Bobbie.

Pero Harlow empezó a distanciarse de su familia, y a Ruth le afectó tanto que acabó bajo tratamiento en un hospital.

Harlow inició una nueva relación que aumentó y empeoró la tensión familiar.

Noté que algo iba mal. Recuerdo a mi padre despidiéndose, y a mi madre advirtiéndonos que él ya no viviría más con nosotras.

No se portó bien con mi madre.

A partir de ese momento, mi hermana, mi madre y yo empezamos a llamarnos a nosotras mismas las Tres Mosqueteras.

Beth Davis tuvo una relación catastrófica con su padre.

A él no le gustaban los niños, y en concreto, Beth, porque era una niña muy orgullosa, tozuda, con gran autoestima y muy exigente.

Su madre era justo lo contrario, algo apagada, atenta, enseñándole a Beth que ella era el centro del universo.

Así que el carácter de Beth era una mezcla entre egocentricidad e inseguridad.

Ruthie Davis tenía que encargarse ella sola de criar, alimentar y vestir a dos niñas pequeñas, y para hacerlo se hizo fotógrafa.

Las envió a colegios privados, que pagaba a duras penas.

Pero cada centavo que tenía lo invertía en educar a sus hijas y en darles, en la medida de lo posible, el tipo de vida que hubieran tenido de haber estado su padre.

Aunque la separación de sus padres la destrozó, Beth pareció superar sus problemas.

Enseguida se convirtió en un miembro muy activo de la Academia Casting, donde se dedicaba a la interpretación.

Tras haberse licenciado en el instituto, se lanzó a los escenarios.

Ruthie la llevó a Nueva York, a la Escuela de Arte Dramático.

Luego, Beth trabajó en un teatro de Massachusetts e interpretó un papel en Broadway que captó la atención de un cazatalentos de la Universal.

En 1930 le ofrecieron un papel y el deseado viaje a Hollywood.

En aquellos días de transición del cine mudo al sonoro, Hollywood necesitaba gente que sonara bien en pantalla.

Así que Hollywood se trasladaba a menudo al escenario de Broadway para descubrir nuevos talentos.

Beth Davis fue una de las afortunadas actrices de 1930 que estaba en el momento oportuno y en el lugar oportuno.

Aunque le costó mucho, al final la Universal ofreció a Davis un pequeño contrato.

Ella no era ninguna cara guapa de las de entonces.

De hecho, su apodo era el Patito Feo.

Tras unas cuantas películas para olvidar, Beth decidió volver.