Semana Santa en Cuba. Fe vigilada, permisos, censura y prohibiciones 253f11

Buenos días, buenas tardes, buenas noches.

En Cuba la Semana Santa no solo es una conmemoración religiosa, es también una prueba año tras año de cuánta libertad realmente se permite en el país para vivir la fe.

Este dos mil veinticinco, al igual que en años anteriores, varias comunidades católicas solicitaron permiso a las autoridades para llevar a cabo procesiones públicas, especialmente el Viernes Santo.

Muchas de estas solicitudes fueron ignoradas y en otros casos rechazadas sin explicación.

Mientras tanto, en Pinar del Río una procesión fue permitida.

La funcionaria del Partido Comunista, Noélis Tirino Alfonso, responsable de la Oficina de Asuntos Religiosos en esa provincia, publicó en Facebook.

En la ciudad de Pinar del Río, la Iglesia Católica realiza la tradicional procesión, actividad que dedican por lo que representan para sus el Viernes Santo.

Así hacen su recorrido por las calles y llegan a la Catedral de San Rosendo.

Libertad religiosa en Cuba, un derecho que abraza a los cubanos.

Pero esta afirmación contrasta con la realidad vivida en buena parte del país, donde no hubo procesiones.

No porque los fieles no quisieran, sino porque el régimen no lo permitió.

¿Estás grabando? ¿Vestidos de civil? Pero usted está grabando.

Sí, estoy grabando.

Sí, pero usted no puede grabar.

¿Dónde dice que no puedo grabar? Usted no me puede grabar a mí.

¿A usted, si usted está vestida de civil? ¿Y si usted no me puede grabar? Pero ustedes no me han dicho ni sus nombres siquiera.

Permíteme identificación.

Permítame identificación.

Pero usted está vestida de civil, yo le tengo que preguntar quién es usted.

La periodista independiente Camila Acosta fue interrumpida por dos agentes del Ministerio del Interior, por cierto, vestidas de civil, mientras hacía una transmisión en vivo sobre un viacrucis en La Habana.

Su delito fue informar.

Su cámara, su libreta, su teléfono, su presencia fueron más que suficientes para detenerla.

Si no me dicen quiénes son ustedes, porque están vestidas de civil, yo no tengo por qué seguir.

¿Oficial del Ministerio? Sí.

Ya, pero ¿cuál es su nombre? Yo no tengo que darle mi nombre, permítame identificación.

Bueno, si usted no está vestida de civil y no se identifica, yo no tengo que darle mi identificación.

Permítame identificación.

Ya, eso lo voy a ver.

Yo voy a seguir grabando.

Dos personas vestidas de civil, exigiendo.

Aquí tienen mi identificación.

¿Y ustedes saben quién soy yo? Camila Acosta.

¿Ya? ¿Puedo verlo tirar? Bueno, y si puede borrar en la cámara.

El año pasado, en 2024, el medio católico ACIPrensa documentó hechos muy similares.

En varias diócesis de Cuba, las autoridades del régimen comunista negaron a las parroquias los permisos para realizar las procesiones del Viernes Santo.

En otros casos, simplemente no respondieron.

Se han reportado intentos de procesiones que fueron interrumpidas por la seguridad del Estado o que debieron hacerse de manera silenciosa dentro de las iglesias.

Las mismas restricciones, las mismas tácticas, la misma represión vestida de silencio.

Estoy aquí con la Iglesia del Sagrado Corazón de Tamagüey a mi espalda porque quiero hablar de lo que le hicieron hoy a los cubanos de la Iglesia del Sagrado Corazón en el Vedado, en La Habana.

El Partido Comunista les prohibió hacer de nuevo, por segundo año, su procesión.

Y que de nuevo, el Partido Comunista cubano abrogó el derecho de decidir cuándo los cubanos pueden salir a la calle a manifestar su creencia y qué pueden decir en las calles.

Incluso en este inicio de Semana Santa, el evento católico más importante de todos.

Mi soy yo.