Roma se hizo grande, pero poco a poco XI. Los Pretores. 6t1q6y

¿Te apasiona la historia de la Antigua Roma? Sumérgete en el pasado y viaja a la época de los emperadores, los gladiadores, los esclavos, los hombres y las mujeres.

Descubre cómo era la vida cotidiana, las creencias, la religión, la cultura y mucho más.

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En Roma se hizo grande, pero poco a poco, donde los lignum maniacos tendremos pequeñas dosis sobre aspectos de la cultura y la historia de la Antigua Roma.

Hoy hablaremos sobre una de las magistraturas mayores, sobre los pretores.

Los pretores eran elegidos, ni más ni menos, que por la asamblea centuriada.

La asamblea centuriada era, en la república, aquellos hombres que empuñarían las armas, aquellos hombres que se presentarían en batalla.

O dicho de otra forma, las asambleas centuriadas eran el pueblo en armas.

Imagina al pretor como si fuera un juez y un al mismo tiempo.

Como todos los magistrados de Roma, su elección era anual.

El vocablo praetor parece ser que tiene una derivada en prae-ire y se empleaba para referirse al hombre que marcha en cabeza, en consecuencia que iba adelante en el ejército.

La conexión de este cargo con el ámbito militar es indudable, pues se llama praetorium al lugar donde se sitúa la tienda del jefe del campamento, y se llama praetoria la puerta más próxima a la tienda del jefe.

Parece ser que en origen el pretor pudo ser el magistrado que asumió los poderes del rey cuando cayó la monarquía, en un periodo en el que se tuvo que consolidar esta dualidad consular, un cargo que hablaremos más adelante.

Lo que sí que parece es que es uno de los cargos más antiguos dentro del organigrama político de Roma.

Pudiera ser incluso que viniera del lugarteniente del rey, el magister populi.

Pero, como digo, esto es una hipótesis, y lo que así sabemos es que el pretor tenía competencias en el ámbito de la justicia, de la istración y también en el mando del ejército.

Hemos hablado ya alguna vez de los conflictos patricios-plebeyos.

En las leyes Licinio Sextias, allá por el año 367, ya se reconocía el derecho de los plebeyos a desempeñar la magistratura consular, y según Livio, los patricios, afectados por este fracaso, desde su punto de vista, evidentemente, quisieron aferrar la justicia y dedicaron este pretor que en principio les pertenecía a ellos.

Pero, como sabemos, todo se mueve en el tiempo.

Era un órgano de jurisdicción especializado que ante la frecuente ausencia de los cónsules necesitaban ser atendidas.

Por eso decíamos aquello del magister populi, que dejaba el rey en la ciudad para que se encargara de los asuntos, mientras este estaba en guerra.

El pretor pudiera ser, aunque después, vuelvo a repetir, esta magistratura fue evolucionando, pudiera ser la necesidad de que Roma tenía que tener a una persona con un poder consular.