Relatos en el Desvánx03- Indiana Jones: En busca del arca perdida. az4j

Indiana jones en busca del arca perdida de ryder wyndham lo que se notaba el olor de los siglos no solo les encerrados por años de silencio y oscuridad la humedad que penetraba de la selva las plantas podridas el agua goteaba del techo resbalaba por entre los musgos que crecían allí dentro el camino estaba lleno de los pequeños ruidos de los roedores que escapaban y el aire era sorprendentemente frío el de un sitio donde nunca entraba el sol la sombra perpetua indi iba delante de satipo escuchando el eco de sus propias pisadas ruidos extr daños pensó perturbadores de los muertos y por un momento tuvo la sensación de estar donde no debía y en un mal momento como si fuera un ladrón y un salteador alguien que quiere causar daño a lo que lleva tanto tiempo en paz conocía muy bien esa sensación la de estar haciendo algo malo y no era la que le gustaba sentir veía moverse su sombra a la luz de la antorcha que llevaba ese tipo el pasadizo torcía a medida que iba penetrando en el interior del templo indi se paraba de cuando en cuando para mirar el mapa a la luz de la antorcha tratando de recordar todos los detalles del plano tenía ganas de beber notaba la garganta seca y la lengua abrasada pero no quería detenerse le parecía llevar un reloj metido en la cabeza y en su tic-tac iba diciéndole no tienes tiempo no tienes tiempo los dos hombres pasaban junto a la repisa excavada en los muros indy separaba en algunos momentos para examinar los objetos que estaban colocados en esas repisas se paraba con ojos de experto los que le interesaban los guardaba en el bolsillo monedas pequeños medallones y piezas de cerámica que pudiera llevar consigo sabía bien lo que tenía valor y lo que no lo tenía pero todos ellos eran nada comparadas con lo que realmente habían venido a buscar el ídolo ahora andaba más deprisa y el peruano corría detrás de él jadeando para no distanciarse de repente se paró dando un respingo porque nos hemos parado preguntó satipo con una voz como si tuviera los pulmones ardiendo indi no contestó se había quedado helado casi sin respiración satipo asustado se acercó a él e iba a tocarle el brazo pero la mano se le quedó también helada a medio camino una tarántula negra subía por la espalda danny con una lentitud aterradora indi sentía las patas que iban avanzando hacia la piel desnuda del cuello esperó unos segundos que le parecieron interminables hasta que el bicho se le puso en el hombro veía el pánico de sat tipo notaban las ganas que tenía de dar un grito y escapar de un salto sabía que tenía que actuar con rapidez pero sí provocar la huida de ese tipo con un movimiento suave alzó la mano hasta el hombro y de un golpe lanzó lejos a la araña con una sensación de alivio empezó otra vez a andar pero pronto oyó un grito entrecortado del peruano y vió las dos arañas en el brazo de satipo instintivamente indi soltó un latigazo lanzó a los bichos al suelo y los aplasto con las botas antes de que pudieran escabullirse en las sombras satipo estaba pálido parecía que se iba a desmayar indie le agarró y le sostuvo por el brazo hasta verle ya ha recuperado luego el arqueólogo señaló hacia el fondo del pasillo hacia la ca para más pequeña alumbrada por un único rayo de luz que entraba por un agujero del techo las tarántulas ya estaban olvidadas índice sabía que le esperaban otros peligros ya basta señor dijo ese tipo vámonos pero indigno contestó tenía la vista fija en la cámara y estaba dándole vueltas a una idea tratando de meter ser la mente de quienes habían construido el templo hacía ya tantos años habrían puesto barreras y trampas para asegurarse de que ningún extraño pudiera llegar hasta el corazón del templo fue acercándose a la entrada avanzando con la precaucion instintiva del cazador que huele el peligro en el aire que lo siente antes de haber descubierto cualquier síntoma se agachó palpó el suelo su alrededor encontró un tronco grueso y lo arras otro y luego acercándose un poco más lanzó el tronco dentro de la cámara por un instante no pasó nada luego se oyó un débil chirrido crujido más fuerte y las paredes de la cámara parecieron abrirse como gigantescas estacas de metal las mandíbulas de un imposible tiburón que fueron a cerrarse sobre el centro de la cámara sonrió irado ante el trabajo de los constructores del templo el ingenio que habían necesitado para imaginar aquella horrible trampa el peruano soltó un juramento en voz baja y se santiguó indi estaba a punto de decir algo cuando vio que había una cosa clavada en las grandes picas no necesito más que un momento para comprender que era lo que había quedado atravesado en las afiladas puntas forrest mitad esqueleto mitad carne la cara conservada en forma grotesca por la