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Descripción de Qué caña la de aquel año 1973 1u2yq
Hoy seguimos con aquella modalidad de programa que, en homenaje Miguel Ríos y su fantástico programa "Qué noche la de aquel año" hemos bautizado como "QUÉ CAÑA LA DE AQUEL AÑO". Buscamos, como sabéis, entre los vinilos trabajos editados en un año concreto. Hoy le toca a 1973. Ya veréis..un programa súper variado y entretenido. Auténticos temazos. 53k4t
Este contenido se genera a partir de la locución del audio por lo que puede contener errores.
Más de 40 años con ti.
5 estrellas a vuestro fin de semana.
Llegó el momento de pasar a la acción y tenemos por delante una horita de música en la que vamos a tener el privilegio de recibir a algunos de los más grandes en un programa vibrante y variado como pocos.
La fórmula nos lo permite.
Hoy volveremos a disfrutar de ese programa al que bautizamos hace unas semanas como ¡Qué cáñaga de aquel año! Aquel día disfrutábamos de un buen puñado de canciones grabadas en 1990.
Hoy repetimos y, como no, cambiamos de año para rebuscar entre un montón de viejos vinilos, obras grabadas en la década de los 70.
Pero no nos sirve un año cualquiera.
Hoy nos centraremos en 1973.
Ya veréis qué pedazo de canciones tenemos hoy de menú.
Esos primeros 70, como en general toda la década, fueron años de gran riqueza musical y nuestro año 1973 será, como veréis, de los mejores.
Si en los 50 y en los 60 en general las canciones no solían durar más de 2 o 3 minutos, en los 70 el mundo del rock se aficiona a no tener prisa y las canciones empezarán a ser más largas.
Es hora que no nos quepan muchas.
Eso sí, las que sonarán hoy son todas magníficas.
¿Empezamos? ¡Pues vamos allá! ¡Bienvenidos a qué cáñaga de aquel año! ¡Bienvenidos a 1973! Iniciamos nuestro camino.
Estamos en 1968.
Vietnam alcanza ya su apoteosis sangrienta.
Las flores y los ácidos dejan paso a las barricadas y revueltas.
París, Berkeley, Praga...
En lo musical el ambiente está a sí mismo enrarecido.
Los Beatles han abierto hace un año innumerables puertas con el Sanger Peppers y los Klingman han dejado de existir dejando vacante el trono del más contundente blues-rock.
Es en esos mismos días que el guitarrista Jimmy Page ve como su grupo, los Jarvis, Trampolín de Eric Clapton y Jeff Beck, da su último concierto.
Jimmy Page es un tipo raro, devoto de la brujería y los saberes esotéricos y al mismo tiempo reputadísimo y precoz ha trabajado para los Kings, Joe Cocker y otras lumbreras de la música británica del momento.
En el verano de 1969 conoce a Robert Plant, fanático como el mismo Page del blues y las músicas de la costa oeste.
Robert tiene una fantástica imagen y sobre todo una voz que alcanza unos registros casi inimaginables.
Es el embrión de nuestra primera banda de la noche, los grandiosos Led Zeppelin.
Robert Plant recluta como baterista a un corpulento con pinches, sumo bebedor y aporreador incansable que atiende al nombre de John Bonham.
Así, entre nosotros, uno de mis baterías preferidos.
El bajista, en cambio, será un viejo conocido de Jimmy Page, un músico y arreglista de estudio con el que coincidió en algunas sesiones.
Un tipo más reservado que el resto de , pero con un talento innato para la composición, John Paul Jones.
Keith Moon, batería de los Who, bromea un día con ellos sobre su sonido, similar al de un dirigible de plomo, y ese es el origen de su nombre.
Es Led Zeppelin que los identificará en el futuro.
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