QSVT 1569 ESCÁNDALOS FARMACEÚTICOS público 3f1j4m

La conclusión, hoy antes de arrancar el episodio, es que no hay que leer los comentarios de la gente.

No hay que leer los comentarios, bueno, sí hay que leerlos, porque hay comentarios que son genios, que son una belleza, como por ejemplo el que leí hoy, en el cual nos estaban puteando porque dimos nuestra opinión sobre los temas de derecho de autor en programas recientes.

Y alguien nos dice, por favor, antes de dar su opinión, se agradece investigar un poco más.

En el año 1839 se estableció una ley, y yo dije, na huevo, na marico, si me vas a decir que investigue un poco más, y me haces referencia a una ley de 1839, pero me hizo la tarde. Yo estaba en ese momento distraído, y me dio demasiada risa leer esa banda.

Y aunque hayas investigado lo de 1839, entonces después te sale otra vez, pero en 1739, y qué bueno.

Y Whitney Houston, que no las tienes tú que no conocías de Whitney Houston.

Pero una cosa, que yo simplemente dije que yo entendía una chama, que no sabía que Whitney Houston hacía de Whitney Houston.

Eso, yo dije, yo la entiendo, me puede pasar. Ah, no, bueno, de ahí Bruta, de que bolas, que yo no vi el guardaespaldas, pero que sí vi la Rosada de Guadalupe.

Al lado de un hombre que conoció a Whitney Houston.

Al lado de un hombre que conoció a Whitney Houston.

Violenta, fue lo que te pasó.

Nos dijeron, ¿cómo? Nos dijeron.

Lo que te faltó fue que te dijeran, pero qué mujer tan violenta.

Una locura.

¿A qué le dijeron que fue? No, de ignorante, bruta, cagalitrosa.

Eso, nos dijeron el gordo pelón y la otra pendeja.

El gordo pelón y la otra pendeja, buen nombre para su pelta.

Buen nombre de un show, oíste.

Sí, el gordo pelón y la otra pendeja, me encanta.

Yo dije.

No, y si salimos los tres de gira, briseño.

El gordo pelón y la otra pendeja.

Claro.

Está bello.

Arranquemos con la música.

Trucupi.

Buenos días, tardes, noches, bienvenidos todos a que se vayan.

Todos.

Una vez más, esto es El Club de Habladores.

Le pedimos amablemente a toda esa gente que ustedes escuchan que apaguen sus micrófonos.

Einer desde Bogotá, Leonardo, Adam de en Puerto de la Cruz, bueno, todo el mundo que está aquí, Santiago de Chile, Willemstad, que imagínate tú dónde carajo quedará Willemstad, Sevilla, Filadelfia, Bogotá, y el genio que hay que apagar el micrófono.

Hay un hacker ahí.

Porque yo vi que Estefano mutió a todo el mundo, pero alguien quedó ahí por ahí.

Y está con nosotros el señor Reybeck Yonache y Valentina Rollero para hablar de escándalos farmacéuticos.

Esto viene porque alguien, fíjate, hablando de comentarios, debo reconocer que un comentario me pegó.

Creo que hicimos el de lo que no conocías de tu país, y salieron, y los clips que salen a veces son las pendejadas, que de repente hay cosas más densas.

Que piensan que todo el episodio es así.

El caso es, saluda a nuestro amigo Emiliano Pazos en México, y pensar que en este programa debatieron una vez medias verdades de la izquierda, y ahora están en esto. ¡Qué horror! Y yo, mire amigo, comencemos diciendo lo que íbamos a haber dicho desde el principio.

Usted está viendo esto porque quiere.

Pero además, el tema de este podcast que arrancó en noviembre del año 2008 es la estupidez humana.

La estupidez humana da para medias verdades de la izquierda, o da para, yo no sabía que había países donde los semáforos servían, da para todo.

Una de nuestras insignias, que son los premios Ig Nobel, eso es una apología a la estupidez.

O sea, la apología más apológica de la estupidez es hacerle un programa completo a una gente que se ganó un premio por estudiar el olor a cucaracha y su relación con la floreciente mata de mango.

Entonces tú dices, pero déjenos trabajar.

Claro.

Entonces bueno, pero igualmente, me caí de la trampa y dije, bueno, pero puede haber un tema serio para volver, ir y venir.

Y eso es una de nuestras virtudes, no de nuestros efectos, que usted puede encontrarse aquí de todo.

Y están escándalos en la industria farmacéutica.

Casi que respondo antes de tiempo la pregunta que hacemos al final, que dónde está la estupidez.

Y yo creo que la estupidez está en pensar en que no iba a haber un conflicto de intereses en mezclar medicina con mercadeo.

Casi la responde, ya la respondió.

Ojo, en la estupidez está en creer que hay una respuesta fácil, porque la respuesta fácil de otros es, no, la medicina debería ser llevada completamente por academia y universidades y los gobiernos.

Pero el problema es que nosotros necesitamos el estímulo económico para investigar algo.

El primero que saque una vacuna contra el COVID o una vacuna contra la gripe que se lleva un pocotón de echamos al año, pues va a ganar una carrera importante.

Porque es absurdo creer que puede funcionar el mismo mercadeo que funciona para, o las mismas reglas que funcionan para vender donas.

Si yo quiero vender mis donas a $3,000 dólares, bueno, el que se está comiendo las donas se está comiendo una dona a $3,000 dólares, ese es su problema.

Pero si yo tengo una medicina contra la malaria y decido, ¿sabes qué? $4,000 dólares.

Quique Hermano, la malaria ocurre en África.

Claro.