
Descripción de Pulp - Charles Bukowski (Audiolibro) 2z6x67
"Pulp". Novela de Charles Bukowski, publicada en 1994. En Los Ángeles corre un rumor muy extraño. Se dice que un tal Céline, que merodea por las librerías inspeccionando a la competencia y buscando primeras ediciones de Faulkner, sería nada más ni nada menos que Louis Ferdinand, que no habría muerto en 1961 en Meudon. Nick Belane, un detective privado muy poco intelectual, es el encargado de averiguar la verdad. ¿Y quién quiere saberla? Una dama muy fatal, quizá la más fatal de todas, que no acepta que Céline pudiera haber escapado a su mortal encanto. Pero de repente la temporada de trabajo se ha vuelto muy buena para Nick y tiene varios asuntos más entre manos: encontrar el Gorrión Rojo que no es el nieto del Halcón Maltés para un tal John Barton, y descubrir si Cindy, la mujer de Jack Bass, engaña a su marido. Pero, como ya demostró cumplidamente Raymond Chandler, todos los casos de un detective siempre se lían entre sí, y entre Cindy y Céline se organizará un lío considerable. Pulp, la última novela de Bukowski, es una parodia y un homenaje a todas las «pulp fictions» que sobre el papel han sido, y una real, literaria y sangrante «pulp fiction» por derecho propio, que recurre a la tragedia y al humor, a la literatura y a claves de la más pura y dura realidad, a lo real y a lo surreal. 163h2l
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Pulp. Charles Bukowski. 1. Yo estaba sentado en mi oficina, mi contrato de alquiler había vencido y McKelvey estaba empezando los trámites para desahuciarme. Aquel día hacía un calor del demonio y el aire acondicionado se había roto. Una mosca se paseaba lentamente por encima de mi escritorio. Extendí el brazo con la palma de la mano abierta y la puse fuera de juego. Me estaba frotando la mano con la pernera derecha del pantalón cuando sonó el teléfono.
Lo cogí. ¿Sí? Dije. ¿Ha leído usted a Celine? Preguntó una voz femenina. La voz era bastante sexy y yo llevaba mucho tiempo solo. ¿Décadas? ¿Celine? Dije. Un, quiero a Celine, dijo ella. Tengo que conseguirlo. Aquella voz tan sexy me estaba poniendo realmente cachondo. ¿Celine? Dije. Deme alguna información. Hábleme, señora, está hablando. Súbase la cremallera, me contestó. Miré hacia abajo. ¿Cómo lo sabe? Le pregunté. Da igual. Lo que quiero es a Celine. Celine está muerto. No lo está.
Quiero que le encuentre. Quiero tenerlo. ¿Puedo encontrar sus huesos? No, estúpido, está vivo. ¿Dónde? En Hollywood. He oído que se ha pasado varias veces por la librería de Red Koldowski. Entonces, ¿por qué no va a buscarle usted? Porque antes quiero saber si es el auténtico Celine. Tengo que estar segura, absolutamente segura. ¿Pero por qué ha recurrido a mí? Hay cientos de detectives en esta ciudad. John Barton le ha recomendado a usted. Ah, Barton, sí. Bueno, escuche, tendrá que darme algún adelanto y tendré que verla a usted en persona. Estaré ahí dentro de unos minutos, dijo. Ella colgó, yo me subí la cremallera.
Y esperé. Tos. Ella entró en mi oficina. Bueno, o sea, aquello no era justo. El vestido le estaba tan apretado que casi le estallaban las costuras. Demasiados batidos de chocolate. Llevaba unos tacones tan altos que parecían zancos. Caminaba como un borracho contoneándose por la habitación. Un glorioso vértigo de carne. Sientese, señora, le dije. Se dejó caer y cruzó las piernas muy arriba, tan condenadamente cerca que se me salían los ojos de las órbitas. Encantado de verla, señora, le dije. Deje de hacerse el bobo, por favor. No tengo nada que no haya visto usted nunca. En eso se equivoca, señora.
¿Podría darme usted su nombre? Señora Muerte. ¿Señora Muerte? ¿Es usted del circo? ¿Del cine? No. ¿Lugar de nacimiento? Da lo mismo. ¿Año de nacimiento? No se haga el gracioso.
Sólo intentaba tener algunos antecedentes. De alguna manera se me fue el santo al cielo.
Empecé a mirarle fijamente las piernas. Siempre he sido un hombre de piernas. Fue lo primero que vi al nacer. Después intenté salir. Desde entonces he intentado la dirección contraria pero con bastante poco éxito. Ella chasqueó los dedos.
¿Eh, déjelo ya? ¿Eh? Dije levantando la mirada. El asunto feline. ¿Se acuerda? Sí, claro. Desdoblé un clip y apunté hacia ella con el extremo. Necesitaré un cheque por servicios prestados. Por supuesto, dijo sonriendo. ¿Cuál es su tarifa? Seis dólares la hora. Sacó su talonario de cheques, garabateó algo, arrancó el cheque del talonario y me lo lanzó. Aterrizó en mi escritorio. Lo cogí. Doscientos cuarenta dólares. No había visto tanto dinero desde que acerté un pleno en Hollywood Park en 1988.
Gracias, señora, muerte, dijo ella. Sí, sí, dije. Ahora deme algunos detalles sobre ese tal feline. ¿Dijo usted algo de una librería? Bueno, se ha pasado varias veces por la librería de Red. Ha estado ojeando libros, preguntando sobre Faulkner, Carson McCullers, Charles Manson, así que se pasa por la librería, ¿eh? Un, sí, contestó. Ya conoce usted a Red.
Le gusta echar a la gente de su librería. Te puedes gastar mil dólares, pero te quedas uno o dos minutos más, y entonces Red te dice, ¿por qué no te largas de una puñetera vez? Red es un buen tipo, solo que está un poco chiflado. Bueno, pues echa una y otra vez a Celine, y Celine cruza a Musos y se queda dando vueltas por el bar con aire triste.
Vuelve al día siguiente o al otro y vuelve a suceder lo mismo. Celine está muerto.
Celine y Hemingway murieron con un día de diferencia. Hace treinta y dos años. Lo de Hemingway lo sé. Conseguía Hemingway. ¿Seguro que era Hemingway? Oh, sí. Entonces, ¿cómo es que no está segura de que este Celine es el auténtico Celine? No lo sé.
Tengo una especie de bloqueo en este asunto. No me había ocurrido nunca hasta ahora. Puede que lleve demasiado tiempo en este rollo. Así que por eso he venido. Barton dice que usted es bueno. ¿Y usted piensa que el auténtico Celine está vivo y quiere conseguirlo? No sabe cuánto, jefe. Belaine. Nick Belaine. Muy bien, Belaine. Quiero estar segura. Tiene que ser el auténtico Celine, no cualquier tonto del culo que se crea que lo es. Esos abundan. Como si no lo supiera. Bueno, empiece con ello. Quiero conseguir al escritor más grande de Francia. He esperado mucho tiempo. Después se levantó y salió.
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