Puerta a lo Desconocido 07/03/25 -VIDA MÁS ALLÁ DE LA MUERTE 223510

No tengas miedo, pues en realidad tememos lo que no conocemos.

Es el momento de abrir una puerta a lo desconocido.

Una vez terminado el juego, el rey y el peón vuelven a la misma caja.

Eso dice un viejo proverbio italiano.

Se trata de un gran recordatorio sobre lo inevitable de la muerte.

Esa que a todos nos llegará.

Es que toparse con la nada sería como una absoluta decepción.

Hoy en Puerta a lo Desconocido vamos a preguntarnos por qué tenemos que buscarle un sentido a la vida.

Y lo que es peor, por qué nos empeñamos en pensar, en sentir o en idealizar que cuando muramos habrá otra vida.

Desde tiempos inmemoriales el ser humano cree que todo en esta naturaleza tiene un espíritu inteligente y lo que es mejor, inmortal.

Esta idea sentó las bases de la noción de la vida después de la muerte ya que las personas de la antigüedad también buscaban como nosotros un sentido a los misterios de esta existencia.

Esa conciencia eterna ofrece un halo de esperanza a aquellos que teméis a la muerte y que os sigue, vamos que la tenéis pegadita a los talones.

Resulta que si pensamos que hay una vida más allá de la muerte, esta muerte pues aporta un poquito de confort en momentos de duelo dado que los fallecidos realmente no se están marchando sino que nos esperan al otro lado.

Según esta concepción en cualquier momento nos los volveremos a encontrar.

¿Qué bueno no? No tan bueno.

A lo largo y ancho de la historia filósofos y profetas han jugado un papel esencial en la articulación de este manido discurso.

En la antigua Mesopotamia, por ejemplo, se creía que los muertos eran enviados a un mundo subterráneo en donde no podían salir, razón por la que en vida debían reverenciar a las deidades huéspedes de ese lugar.

La mitología egipcia, en este sentido, trazó la transición de la vida a la posvida como un camino mucho más intrincado, con rituales funerarios y pruebas herculeanas con el fin de llegar al reino de Osiris.

Más tarde, el judaísmo, el cristianismo y el islam fueron grandes impulsoras de la filosofía de ultratumba.

La fe puso sobre la mesa elementos tan explícitos como el paraíso, el infierno, la resurrección y el juicio divino.

Total, que hoy por hoy la perspectiva dualista, cuyo representante podría ser René Descartes, sugiere que la mente es independiente del cuerpo físico, por lo que cuando este segundo muere, el alma prevalece.

Por eso el argumento del dualista para creer en algo tras la muerte no tiene por qué estar íntimamente relacionado o ligado con la religión, sino con una inferencia lógica a partir de sus propias premisas.

Por otro lado, existencialistas como Jean-Paul Sartre enfatizaban que la muerte tenía un significado.