PUEBLO OSCENSE | uno. 6p4555

Echar nuevas sí veré nos hará poder o que traigan encuentro yo gratuito y yo no somos igual que nuestra tierra suaves como si yo duro del rockero hemos atravesado o te los seca no está luchando o con el futuro espero hipo qué o cubiertos con las manos los rostros y los adiós al sueño detengo mi caminar sobre el primer macizo saliente que invita al descanso en esta sinuosa vereda los colores que contemplo son regalo para la vista oxígeno para el alma y calidades para mis entrañas tengo que recuperar el aliento calmar mis es y por encima de todo reflexionar sobre lo vivido para afrontarlo solamente ensueño sentido rememoró la vegetación atravesada floreciente las más de las veces yerma á otras tantas pero incluso en esos parajes baldíos albergue esperanzas de contemplar nacimiento creciente por muy desolador que resulte el paradigma por muy grisáceo toque de color en el porvenir surgen brotes surgen frutos surgen ideas colectivas que emanan vitalidad espino o cargar la mochila de anhelos de un futuro bajo otro modelo la utopía existe porque el asiento es mi compañera de viaje perpetua os invito a acompañarnos a ella y a mí en esta aventura que confío sirva de inspiración para aquellas personas con inquietudes motoras para aquellas valientes que siga hablan solo lo hacen para hacer más llevadero el camino soy andrés cabrera y aquí comienza una utopía en la mochila he de sincerarme antes de que comienza la aventura no prometo una periodicidad pautada aquí encontraréis contenido cuando detenga mis pasos cuando sienta que necesito perspectiva escucharé mis ritmos entenderé mis procesos y ante todo priorizar lo importante este que por supuesto no es realizar contenido por muy gratificante que este sea también quiero advertir que los proyectos colectivos que aquí muestro no buscan incentivar ese turismo hedonista de aquellos que sin reconocerse si no cesan de poner obstáculos en el camino si muestro esto es para motivar a las personas que con entereza y valentía son capaces de sacrificar algo de ensuciarse las manos de barro de priorizar el colectivo en pos de un mañana mejor en definitiva de sembrar con su esfuerzo terrenos de utopía la primera parada del camino me llevó hasta el prepirineo aragonés durante el pasado de diciembre de dos mil veintidós un pueblecito oscense de cuyo nombre no diré para mantener en el anonimato a las buenas gentes que lo habitan me acogió durante dos semanas compartí colabore y escuche a sus vecinas las cuales me abrigaron con su cercanía en este irreductible aldea viven de forma permanente cerca de treinta personas un tercio de ellas son menores de edad por lo que están creciendo con un modelo de jerarquizado aunque también conoce en el mundo que les rodea puesto que están escolarizados alguno de los adultos habitan estas calles desde hace casi veinte años en dos mil cinco unos pocos locos decidieron ocupar este pueblo abandonado desde los años sesenta debidas prohibiciones o ventas forzosas del gobierno tenían que levantar el pueblo desde sus ruinas más éstas no