
Pbro. Meinvielle Julio 405hh
Julio Ramón Meinvielle nació en Buenos Aires el 31 de agosto de 1905; poco sabemos hasta ahora de su infancia (su biografía está recién por escribirse). Terminados los estudios secundarios, suponemos, ingresó en el Seminario Pontificio de Villa Devoto, donde – luego de doctorarse en Filosofía y Teología – se ordenó sacerdote el 20 de diciembre de 1903. Era una época de gloria la del seminario, por aquellos tiempos se formaba tanto Meinvielle como “Castellani, Derisi, Sepich, Lavagnino, Garay y tantos otros”. Sabemos por testimonios y relatos que se han transmitido, que, durante las clases del Seminario, Julio Meinvielle estudiaba ya las materias del año siguiente, estando, así, un año adelantado. Luego de su ordenación y con apenas 27 años (1932), comenzó a difundir su pensamiento precoz; de aquella época data su primer libro que será una de sus obras fundamentales: Concepción Católica de la Política. De pensamiento vigoroso, sin demasiados rebusques, concibe aquí la política de la mano de Santo Tomás y Aristóteles, como esa ciencia arquitectónica de la cual hablaba el de Estagira, que es capaz de llevarnos al bien común sobrenatural y natural. e5u1k
Julio Ramón Meinvielle nació en Buenos Aires el 31 de agosto de 1905; poco sabemos hasta ahora de su infancia (su biografía está recién por escribirse). Terminados los estudios secundarios, suponemos, ingresó en el Seminario Pontificio de Villa Devoto, donde – luego de doctorarse en Filosofía y Teología – se ordenó sacerdote el 20 de diciembre de 1903. Era una época de gloria la del seminario, por aquellos tiempos se formaba tanto Meinvielle como “Castellani, Derisi, Sepich, Lavagnino, Garay y tantos otros”. Sabemos por testimonios y relatos que se han transmitido, que, durante las clases del Seminario, Julio Meinvielle estudiaba ya las materias del año siguiente, estando, así, un año adelantado.
Luego de su ordenación y con apenas 27 años (1932), comenzó a difundir su pensamiento precoz; de aquella época data su primer libro que será una de sus obras fundamentales: Concepción Católica de la Política. De pensamiento vigoroso, sin demasiados rebusques, concibe aquí la política de la mano de Santo Tomás y Aristóteles, como esa ciencia arquitectónica de la cual hablaba el de Estagira, que es capaz de llevarnos al bien común sobrenatural y natural.