
Cuando los Mundos Chocan 1rw4r
No hay diversión sin colisión. Las contradicciones más o menos aparentes y los accidentes felices son la razón de ser de la evolución de la música hasta nuestro tiempo y más allá. Los artistas impulsan los géneros y estilos aportando su propia visión, experiencia e influencias de una forma cada vez más libre y alejada de las convenciones. Hay una avalancha permanente de novedades y propuestas de estilos interconectados que mutan a velocidad supersónica donde las cuestiones identitarias y de pertenencia se diluyen en un baile universal de máscaras sin reglas. También los “DeLorean” ya no son propiedad exclusiva de Marty McFly, viajar en el tiempo es habitual gracias a los artistas que hoy reivindican antiguos formatos de grabación o los que diseñan el futuro desde sus dispositivos móviles. Por eso en “Cuando los mundos chocan” lo inesperado es lo esperado. Las posibilidades son infinitas: Si un percusionista cubano se lanza al post-rock sin renunciar al guaguancó o un soulman de la cabeza a los pies lanza un álbum inspirado por los ritos tribales de los Apalaches sentimos una vibrante llamada a la acción para incluirlos en nuestro programa. Como oyentes también hemos aprendido a ser más permeables al cambio, la transformación e, incluso, el apropicianismo sonoro. Ya lo dijo Victor Hugo: “Atreveos: solo así se logra el progreso” 6b3y4f
No hay diversión sin colisión.
Las contradicciones más o menos aparentes y los accidentes felices son la razón de ser de la evolución de la música hasta nuestro tiempo y más allá. Los artistas impulsan los géneros y estilos aportando su propia visión, experiencia e influencias de una forma cada vez más libre y alejada de las convenciones.
Hay una avalancha permanente de novedades y propuestas de estilos interconectados que mutan a velocidad supersónica donde las cuestiones identitarias y de pertenencia se diluyen en un baile universal de máscaras sin reglas. También los “DeLorean” ya no son propiedad exclusiva de Marty McFly, viajar en el tiempo es habitual gracias a los artistas que hoy reivindican antiguos formatos de grabación o los que diseñan el futuro desde sus dispositivos móviles.
Por eso en “Cuando los mundos chocan” lo inesperado es lo esperado.
Las posibilidades son infinitas: Si un percusionista cubano se lanza al post-rock sin renunciar al guaguancó o un soulman de la cabeza a los pies lanza un álbum inspirado por los ritos tribales de los Apalaches sentimos una vibrante llamada a la acción para incluirlos en nuestro programa.
Como oyentes también hemos aprendido a ser más permeables al cambio, la transformación e, incluso, el apropicianismo sonoro.
Ya lo dijo Victor Hugo: “Atreveos: solo así se logra el progreso”