Pobres En Espíritu Conversando Con Nuestro Pastor J.Carlos Parra H. Rocha Radio Tvida 2w1f65

Muy bienvenidos a una nueva edición de Conversando con mi Pastor. Un abrazo desde Murcia, España.

Soy Juan Carlos Parra y en Monterrey, México, ahí tenemos al querido Pastor Héctor Rocha.

Buenas tardes, buenos días, buenas noches. Pastor, ¿cómo estás? Pues bien, muy expectante y muy entusiasmado con los temas que hemos estado compartiendo y los hemos estado compartiendo bajo esos calificativos, entusiasmado.

Creo firmemente que obviamente nos dice la palabra, que ella es viva, eficaz, que es más cortante que espada de dos filos.

Y eso de que sea viva y eficaz es que es para estos tiempos, se aplica para nuestros momentos, para nuestras realidades.

Y yo en forma personal estoy experimentando esa palabra en diferentes dimensiones.

Y la verdad, pues, es sabroso poder, vamos, así comer, disfrutar y vivir la palabra, aunque en algún momento la palabra nos confronte, aunque en un momento la palabra nos exhorte, aunque en un momento la palabra nos dé una buena ajustada para que la puntería nuestra sea más efectiva en la vida.

Así que entusiasmado porque creo que la palabra definitivamente es la voz de Dios y escuchar la voz de Dios es algo maravilloso.

En entusiasmo viene de enceos, en Dios, ahí está nuestra fuerza, ahí está nuestra pasión.

Y bueno, hoy el tema que tratamos, pobre en espíritu, viene a formar parte también de la enseñanza de Jesús en el Sermón del Monte, algo que a mí particularmente también me entusiasma.

Pues bueno, el tema sigue definitivamente en el concepto de bienaventurado, en el aspecto de este llamarnos Dios a buscarle, a vivir en un mejor tiempo, basados en un mejor pacto.

Definitivamente es profundizar un poco en esto o abundar, a lo mejor sería la palabra más apropiada, en este contexto del pacto, en este contexto de comer todo el cordero, en este contexto de caminar en las enseñanzas de Jesús y realmente pues aprovechar una de esas maravillosas, no solamente visitas, sino la expresión de Jesús, de querer hacer habitación en nosotros, habitar con nosotros.

Y habitar con nosotros, tendré que remarcar, no es quedarse con nosotros, sino que aprendamos a vivir con Él, siguiéndole, buscándole, aprendiendo, permaneciendo, rectificando en Él y entendiendo que si somos realistas fuera de Él, nada podemos hacer en la tierra.

O sea, como tú muchas veces me has enseñado, no tanto es decirle a Jesús, Jesús, bienvenido, quédate aquí a mi vida y hazte a mi realidad, sino que Jesús dice, ven y sígueme y pone nuestra vida a veces patas arriba.

Así es, así es. O sea, definitivamente, si Él vive como yo, acabaría muy mal la semana, acabaría muy mal el día y acabaríamos los dos llorando en algún momento o lamentándonos y ahora ¿quién podrá defendernos? Recuerdo a ese hombre al que se le dijo necio, porque él dijo, alma mía, tienes bienes acumulados para mucho tiempo, descansa, come, bebe, diviértete.

Hoy añadiríamos viaja, hoy añadiríamos, no sé,