
Descripción de El periodismo de hoy y de ayer 135g44
Pedro Prieto conversa con Armando Pomar durante su sección de los viernes en ‘Es la Mañana de Baleares’ sobre el momento que vive el periodismo y su evolución mirando al pasado. 5j1i4u
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Esta sintonía nos permite entrar en un espacio semanal, en el que nos reímos mucho porque nuestro querido compañero Pedro Prieto viene y nos cuenta tantas anécdotas, yo el viernes pasado por ejemplo me descojonaba en casa, permítanme la expresión, les estaba escuchando a Gabriel que entrevistaba a Pedro y Pedro contaba sus anécdotas y sus guerrillas internas con agentes de seguridad, de gente famosa que ha venido por Mallorca y yo me acordaba de una que a mí me pasó, a mí un tipo de 2, de 2 no, de 3 por 2, imagínese lo grande que era, de piel negra, o sea un negro de 3 por 2, más grande que un elefante, me pegó un empujón en Valdemosa que casi me tiró al suelo porque caí contra un coche, porque seguía a pie con micrófono en la mano a Bill Clinton, que se le ocurrió la genial idea de irse a visitar Valdemosa a pie y entonces ayer cuando escuchaba, el viernes pasado escuchaba a Pedro digo, puñetas Pedro, la de cosas que hemos pasado, don Pedro buenos días, hola buenos días, no te han llegado a tirar nunca al suelo verdad, si y ese día en Valdemosa que yo también estaba, decía antes a Gabriel, es que yo creo que estábamos allí los dos, si, estaba cuando, lo más gordoso cuando el rey cogió a Clinton del brazo, le metió entre el público y le colocó en sus brazos a una niña vestida de payesita de Valdemosa, bueno ahí la CIA que iba en un camión de atrás, bueno hablo en hebreo en contra del rey de España, pero claro, los maderos están para eso, para defender, ellos ni quitan ni ponen rey, como el Bertrand Dursley, ni quito ni pongo rey pero ayuda a mi señor, y ya está, el hachazo que te pegó, por cierto, ¿dónde está usted caballero en este momento? Yo estoy ahora aquí haciendo un curro, preparando con mi hijo la presentación del libro de Celia, de mi mujer, esta tarde, aquí en un sitio que yo conocía, pero que lo han arreglado mucho, que está muy bien, tiene además todos los medios técnicos para hacer predicciones y de todo, una buena megafonía que es el antiguo parque de bomberos que está en el polígono de Cambalero, de donde estaba la cima, el de arriba de todo, lo vais a presentar allí, qué bien, qué bonito, ¿no? Sí, es un sitio muy majo, ¿a qué hora se presenta? A las siete y media, y es un libro que Celia ha escrito en dos o tres años, entre la enfermedad y la ilusión, y ha contado su historia, que es muy entretenida y divertida, en el sentido que fue azafata, porque cuando era pequeña fue al aeropuerto de Madrid-Balaja y vio a tres azafatas con sus tirandos de su troller, y dijo, yo quiero ser azafata, y se fue cuando fue, terminó el bachillerato, se fue a Londres, estudió dos años en Londres, y al final cumplió su sueño, azafata de espanzas, contan 50.000 anécdotas, historias que le pasaron, y después pasó a hacer un gimnasio, dirigía un gimnasio, luego periodista, paparazzi, fotógrafo, revelador de fotografías, agencia de comunicación también, es decir, era una mujer que cuando llegaba a ese sitio no tenía mucha idea de cómo funcionaba, pero enseguida se metía en la piel y lo sacaba adelante, y yo recuerdo cuando era paparazzi, se ponía con nosotros ahí, y luego revelando fotografías, bueno, historias, y ha sido una mujer muy poliétrica, ¿sabes? Hombre, una mujer muy preparada y muy inteligente, y muy culta, que no sé qué hace un hombre como tú, un tío tan feo como tú, y ella, una señora que además en las fotografías que a veces publica a través de Facebook, y en su blog, y en su historia, era una señora espectacular, que sigue siéndolo, ahora si me permite usted, caballero, que yo hable bien de su señora, sigue siendo una señora de muy buen ver, pero a mí lo que más me interesa de ella, que la he conocido y he trabajado con ella, es su inteligencia, una mujer con una inteligencia muy especial, entiende muy bien la visión global de la realidad, muy práctica, muy trabajadora, y creo que eso es lo que dignifica a cualquier persona, sea hombre o sea mujer.
Y sobre todo, una mujer que está viviendo con Pedro Pito, 42 años, y no ha muerto en el empeño, porque es que yo la he dejado tirada 50 veces, ella se ha tenido que arreglar con los niños, llevarlos al médico, mientras estaba de viaje, yo en verano, me cabe el honor o el deshonor de no haberme bañado nunca con mis hijos, porque
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