EL PERFUME DE LOS BORRACHOS KISMET MAGIC Maison Alhambra 2o155s

¡Hola, qué tal! ¿Cómo estáis, pichurrines y pichurrines? ¡Bienvenidos aquí con el Holgaz! ¡Venid aquí, a mis pechotes! ¡Uy, que me duele el diente con cuentas! Voy a ponerme unos paños calientes, ahora vengo.

Kismet Magic de Mazón Halambra.

Bueno, madre mía, señores míos, señoras mías, dos metros de estela, dos metros de proyección durante aproximadamente unas dos horitas, que está fenomenal, que supera las diez y que lleva las siguientes notas de salida, corazón y fondo. ¡Vamos a ello! Salida en coñac, canela, roble y tonka en el corazón.

Vainilla, sándalo y praliné en el fondo.

Veamos, familia, creo que es una fragancia que no es fácil.

Podría considerarla hasta incluso una fragancia retadora, porque el tono de coñac está altísimo durante toda la vida y existencia de la fragancia.

O sea, zumba en coñac muy, muy fuerte.

Y cuando digo que zumba en coñac muy fuerte, es que zumba exageradamente a coñac.

Entonces, por eso digo que, ojito cuidado, porque esto huele a borrachuzo, puro y duro.

Tenemos canela, tonka, roble en el corazón.

En la nota de roble se nota ese tono amaderado que va acompañando y reforzando la nota del coñac.

Muchas veces digo, cuando tenemos una nota alcohólica, la recreación es más fácil siempre metiendo maderas que acompañen a esa recreación de coñac, como es el caso del roble.

Barrica de roble, pero no tenemos tampoco un coñac con una madera que se note hiper mega húmeda.

Quien conoce las bodegas de vino y de coñac sabe que esa humedad va implícita en las bodegas.

¿Se nota ahí un olor a zorruno, a vinagrao? Que sí, que es así.

Hombre, algunas veces no, pero estoy hablando de cosas añejas, bodegas añejas.

Entonces, quería deciros que esa nota en exceso húmeda aquí no está.

Es agradable, pero tenemos el tono coñac.

Iba a decir un coñístico.

Hemos pasado los cinco minutos, espero que sí.

Coñístico, de coñac, no de otras cosas.

De vez en cuando me gusta inventarme palabras.

Entonces, que acompaña mucho con el roble.

Bien, el tema de la canela.

La canela está y puedo decir que se huele perfectamente a canela.

Y es una canela que no pica, afortunadamente.

Es decir, es una canela con mucha calidad.

No pica en nariz, no está cargada de aldeídos y se vuelve gustosa.

Es retador porque tanto en cuanto tenéis que prepararos el cuerpo porque debéis de saber que vais a oler a coñac de por sí.

O sea, es que quien se lo echa huele a coñac.

Y en el fondo, praliné, vainillas, sándalo, que le hacen el juego también.

Recordamos a la batonca que va en el corazón.

Se vuelve más dulce.

Se vuelve más, efectivamente, como un bombón sin ser gurmán.

Ojo, cuidado.

Estoy poniendo símiles para que veáis por dónde va el aroma.

Es un bombón de licor, pero sin ser comestible.

Porque no invita a ser comido.

Pero tiene ese dulzor que puede tener un licor de bombón.

O sea, un bombón de licor.

¡Madre mía, se me está yendo la cabeza! Son 55 años ya, Dios mío.

Un licor que está metido dentro de un bombón.

Un bombón de licor.

¡Oh, qué mal voy! ¡Estoy muy mal! Ese es el rollo, pero no se puede comer.

Porque gana la partida ese tono también de flores que no deja de llegar la fragancia.

Dicho esto...

¡Es que estoy muy mal! Dicho esto, bodos, bautizos y comuniones...

¿Qué queréis que os diga? No estoy haciendo acting.

Es que estoy pensando que no la puedo recomendar.

Estoy pensando que no la puedo recomendar.

Quien quiera usarla que sea de invitado.

El novio oliendo a esto o la novia oliendo a esto.

¿Por qué no? Olvidaros.

Los invitados que quieran ponérselo, pues que lo lleven.

Creo que es más algo nocturno para pegarse un festival.

Sales de fiesta, vas de borrachera, sudando como un perro, como un caballo.

Y entonces lo puedo entender un poco más, pero no me gusta ni por las mañanas ni por las tardes.