
Descripción de Las parábolas de Jesús 442b6w
El Evangelista Mateo dice que Jesús hablaba a la gente con parábolas (cf 13, 34). Era su forma habitual de enseñar. 2m6j4x
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El evangelista Mateo dice que Jesús hablaba a la gente con parábolas.
Era esta su forma habitual de enseñar. Las parábolas de Jesús conectan fácilmente con nosotros por su humanidad y sencillez.
Son a la vez claras y profundas. Llaman la atención por su originalidad y maestría literaria. Jesús, hijo de Dios y de una mujer, nos habla en parábolas porque es la forma de hablar que más conecta con nosotros. Dios habla como hombre.
Al ser humano le agradan las historias, el cuento, las anécdotas. Nos atrae la expectación que genera un relato, según avanza el argumento, porque la inteligencia humana es narrativa. Dios, al hacerse hombre, nos habla de la manera más eficaz para captar nuestra atención y de que la memoria retenga lo que quiere, lo que desea transmitirnos. Nuestra inteligencia necesita ideas, pero no expresadas de forma desnuda. Necesitamos que las ideas abstractas se vistan de realidad.
Así, la belleza de la forma hace que demos mejor entrada a lo que escuchamos. El ser humano, que no es sólo inteligencia, conoce mejor si la verdad va precedida de la belleza, como si ese esplendor divino fuese su tarjeta de presentación. Por eso no es extrañar que un hombre guapo se escuche con más agrado y también que después de escuchar una charla el oyente diga me gustó, cuando lo lógico sería decir me ilustró.
O una señora después de la meditación de un sacerdote diga me ha parecido muy bonita, cuando por pura lógica sería decir me ha parecido muy verdadera. Pero el hombre no es sólo un ser provisto de inteligencia y Jesús, como perfecto hombre, sabe cómo hablar a sus semejantes con un lenguaje que atrae a todo su ser, no sólo a una parte. Y al ser Jesús, Dios y hombre, la belleza no es sólo expresión de su divinidad, sino también de su humanidad.
Pues cuando Jesús habla, habla Dios con lenguaje de hombre.
Jesús hace de enlace entre lo divino y lo humano.
Jesús es un hombre que nos habla con el poder de Dios.
Con él se puede decir que Dios habla, pero también ríe, trabaja, come, llora.
Todo lo que hace es expresión de Dios. En él las cosas divinas son también muy humanas. Por otra parte Jesús nos enseña que las cosas humanas que hacemos todos los días pueden ser muy divinas, porque al hacerse materia Dios eleva a la materia. Así podríamos hablar de un materialismo cristiano. Por eso no puede extrañarnos que la creación del Hijo de Dios en esta tierra fuera muy material.
Pero además de ejercer de artesano la mayor parte de su vida laboral, también se dedicó durante tres años a enseñar, a elaborar parábolas. Empleó tiempo y esfuerzo en pulir una idea, como antes habría hecho en lijar una pieza de madera, porque la sencillez y la belleza en la expresión se consiguen con el trabajo. Jesús elaboró sus historias para hacerlas inteligibles a todo tipo de personas. Estaban dirigidas a teólogos, pero también a personas poco curiosas.
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