OVNIS: El Caso UMMO y Enrique López Guerrero 2t6y42

Algo que se me olvidó decir en la presentación, y al que voy a hacerle una primera pregunta, don Enrique.

Usted, en este libro en el que desarrolla su teoría, nos da una visión de Jesucristo como parte, una visión cosmológica de Jesucristo, es decir, no Jesucristo solamente en la Tierra, hay 300.000 planetas en esta galaxia, y miles de galaxias, y por tanto, usted cree que no tenemos por qué ser el único planeta que tenga vida, por tanto, Jesucristo no tiene por qué haber venido únicamente a parar aquí, ¿no? Es más o menos lo que viene a desarrollar en una primera visión de lo que usted describe.

Sí, cierto.

El asunto, desde luego, es muchísimo más complejo, pero se podría resumir diciendo que pretende rellenar una gran laguna de la teología terrestre.

Para todos nosotros, Jesucristo es el Redentor del Universo, y además está encarnado aquí como hombre terrestre, es decir, Jesucristo es nuestro.

Ahora, ¿cómo compaginar esa redención universal de Cristo universal, quiere decir, pues de todo el cosmos, ¿no?, con ese geocentrismo un poco ingenuo, ¿no?, de creer que la Tierra es el único planeta habitado, y que, por lo tanto, la redención del Universo es una palabra que parece vacía de contenido, ¿redimir qué? Por supuesto, siempre se ha dicho que los ángeles, bueno, pero los ángeles, desde el momento que no son seres caídos, también presentan una serie de problemas.

La dificultad moderna estriba en que todos los modernos astrofísicos y estudiosos del cosmos, pues nada más aplicando las leyes de estadística, llegan a la conclusión de que el cosmos está totalmente lleno de vida.

Los procesos evolutivos tienen que seguir forzosamente la misma línea que aquí en la Tierra, dándose las mismas condiciones en otros planetas.

En ese caso, pues, como decía Stephen Dowell en su obra Planetas Habitados por el Hombre, que publicó en el 64, aplicando estas normas solamente a nuestra galaxia, salían aproximadamente 320.000 planetas que en su estadio evolutivo debería haber llegado a alcanzar la vida racional, como en nuestro.

Ahora, sería ingenuo pensar que en esa cantidad solamente en nuestra galaxia el planeta Tierra fuera la raza más evolucionada.

La pregunta que se suscita inmediatamente es, bueno, ¿Jesucristo qué pinta en todo esto? Es decir, ¿el Hijo de Dios encarnado es para nosotros los terrestres? ¿Las demás humanidades no pintan nada? Bueno, ¿en qué consiste su redención? ¿No hay más humanidades caídas que la nuestra? ¿Solamente las que llamamos angélicas? Bueno, todo esto es una problemática que la teología terrestre no se puede meter en ella forzosamente porque la revelación es una revelación para nosotros.

La revelación bíblica es una revelación que no tiene nada que ver con otros seres del cosmos, sino nuestra.

Por lo tanto, la teología en sí misma se ve aquí un poquito alicorta.

De aquí que la especulación mía haya tratado de unir esa temática, como usted ha dicho, propia del hombre moderno que se pregunta esto con la más pura ortodoxia de la doctrina tradicional.

Y en este caso se ve que se abren unos horizontes.

Los horizontes son que Cristo puede ser el Redentor universal, pero que su encarnación es particular.

Es decir, que se tiene que ubicar en un tiempo y en un espacio.

Ese tiempo y ese espacio tiene que localizarse en un planeta determinado.

La pregunta está, ¿qué tiene este planeta terrestre que no tengan los demás? Para que el Redentor del universo, que puede aparecer en otros sitios, sin embargo, se haya ubicado en nuestro espacio-tiempo y pueda ser llamado terrestre.

El Redentor del universo es terrestre.

Porque es que además, en conversaciones que hemos tenido, y perdone que incidía sobre esto, porque me gusta apuntar, que usted en alguna ocasión ha afirmado que la Tierra es prácticamente un centro turístico interplanetario.

Es decir, que aquí vienen seres de otros planetas con sus visitas a través de sus naves espaciales y que, de alguna manera, el hecho de que vengan aquí, porque avistamientos OVNIs hay muchísimos, y entonces, por tanto, aunque solamente un tanto por ciento mínimo o sea...