Olvido 582z5l

La muchacha abrió los ojos y se sintió tan lejana por su propia desconcierto no recordaba nada ni su nombre ni su edad y sus señas dijo que su saldrá marrón y que la blusa era crema no tenía cartera su reloj pulsera marcaba las cuatro y cuarto sintió que su lengua estaba pastosa y que las tienes nepal quitaban miró sus manos y dijo que las uñas tenía un esmalte transparente estaba sentada en el banco de una plaza con árboles una plaza quienes centro tenía una fuente vieja con angelitos y algo así como tres platos paralelos le pareció horrible de este suban veía comercios grandes letreros pudo leer no garo cineclub por ley inmuebles marcha partido nacional juntos o pie izquierdo de un trozo de espejo en forma de triángulo lo recogió fue consciente de una enfermiza curiosidad cuando se enfrentó que el rostro que era el suyo fue como si no hubiera por primera vez no le trajo un recuerdo trato de calcular su edad tendría dieciséis o diecisiete años peso curiosamente recordaba los nombres de las cosas serie que esto era un banco es una columna aquellos una fuente aquí y otro letrero pero no podría situarse sí misma en un lugar y en un tiempo volvió a pensar otra vez en voz alta si debo tener dieciséis o diecisiete se preguntó si además hablaría otro idioma nada no recordaba nada sin embargo experimentado una sensación de alivio de serenidad casi de inocencia estaba asombrada claro pero el asombro no le producía desagrado tenía la fusa impresión de que esto era mejor que cualquier otra cosa como sea sus espaldas quedará algo proyecto algo horrible sobre su cabeza del verde de los árboles tenía dos tonos y el cielo casi no se leía las palomas se acercaron a ella pero enseguida se retiraron defraudadas en realidad no tenían nada para darles un mundo de gente pasaba junto al banco sin prestarle atención solo algo muchacho la miraba ella estaba dispuesta a dialogar incluso lo deseaba pero aquellos solubles contemplados es siempre terminaban por ser su vacilación y seguir su camino entonces alguien se separó de la corriente era un hombre se encuentran bien vestido peinado impecablemente con alfiler de corbata y portafolio negro ella intuyo que le iba a hablar me habrá reconocido pensó tuvo miedo de que aquel individuo la introdujera nuevamente en su pasado se sentía tan feliz en su confortable olvido pero el hombre simplemente vino y preguntó le sucede algo señorita lo contempló largamente la cara del tipo la inspiró a confianza en realidad todo le inspiraba confianza hace un rato abrir los ojos en esta plaza y no recuerdo nada nada de lo de antes tuvo la impresión de que no eran necesarias más palabras se dio cuenta de su propia sonrisa cuando vio que el hombre también sonreía él le tendió la mano dijo mi nombre es roldán félix roldán yo no sé mi nombre dijo ella pero estrecho la mano no importa usted no puede quedarse aquí vengo conmigo claro que quería cuando se incorporó miró hacia las palomas que otra vez la rodeaban y reflexionó que suerte soy de alta el hombre llamado roldán la tomó suavemente del codo y le propuso un rumbo es cerca le dijo que sería los cerca no importaba la muchacha se sentía como una turista nada leer extraño y sin embargo no podía reconocer ningún detalle espontáneamente en la zozobra de email con el que el brazo fuerte el traje era suave de una tela peinado seguramente costosa miró hacia arriba el hombre era alto y le sonrió el también sonrió aunque esta vez se paró poco los labios la muchacha alcanzó haber un diamante de oro no preguntó por el hombre de la ciudad fue él quien le instruyó montevideo la palabra cayó en un hondo vacío