NTSD ft. NSH-BD #65 - Resolución de Conflictos 3z464y

Buenos días, Gemma, ¿qué tal?
Muy bien, ¿y tú cómo te encuentras?
Pues muy bien, empezando el día como siempre.
¿Ya has superado tu gripe, esa que te acompañó durante mucho tiempo?
¿Todo esto ya bien, no?
Realmente no, realmente sigo con moco y tos y esto ya...
Pero, Javier...
Increíble. Sí, sí, sí, no, no.
Tengo las defensas en... Bueno, mira que allá dónde.
Bueno, directamente no están contigo, que lo sepas.
Aunque no se nota, en antena no se nota que pensaba yo que ya estabas bien.
Mejor, mejor, que me oyeis respirar fuerte de vez en cuando, porque me ahogo.
Bueno, ánimo, a ver si regresarás a tu cuerpo, hombre.
Bueno, hoy vamos a hablar de resolver conflictos.
Pues sí, y es que nuestro día a día está plagado de conflictos, en realidad.
Pues de tener que poner límite a amigos, familiares o conocidos,
o tener que elegir que no es algo que no nos apetece,
pero que sabemos que puede generar malestar en otras personas.
O incluso hablar con la compañía de teléfono para hacer una portabilidad de una a otra.
Todos son conflictos que, en mayor o menor medida, nos afectan a nuestras emociones.
Los conflictos, en realidad, son situaciones en las que dos o más personas tienen un desencuentro.
Ya sea en sus opiniones, ya sea en política, religión, en sus intereses,
las típicas rivalidades MadriBarça, o sus deseos.
Yo quiero ir al cine, pero mi pareja no.
O incluso los valores.
Quiero ser madre o padre, pero mi pareja no.
Estos desencuentros, además, son percibidos como incompatibles con los de la otra persona,
por lo que no somos capaces de ver, en realidad, ese punto de unión que siempre hay para resolverlo.
Lo cual, en realidad, genera discusiones, enfado y, en mayor medida, peleas desagradables.
Un mal rato innecesario, pero en el que al final caes, vaya.
Efectivamente.
Por categorizar un poco, tenemos dos tipos de clasificaciones de conflicto.
¿Vamos a verlas?
Venga.
La primera de ellas divide los conflictos intrapersonales e interpersonales.
Los intrapersonales son los conflictos internos que tenemos las personas,
los que afectan, en realidad, a la propia autoestima.
Pues no me gusta mi forma de ser o no me gusta mi nariz.
Ajá.
Y luego tenemos los interpersonales, son los que enfrentan a dos personas.
Típica cena de Navidad en la que se pelean dos familiares de distintas opiniones políticas.
Vale.
Por otro lado, tenemos una segunda clasificación donde se dividiría en intragrupales o intergrupales.
Los intragrupales son enfrentamientos que se dan dentro de un mismo grupo,
que es lo que puede pasar en ciertos partidos políticos,
que gente de una misma opinión, por pequeñitas diferencias,
hacen un mundo y se fragmentan aún más.
Por otro lado, tenemos los intergrupales,
dos grupos que se pelean entre ellos por sus propias diferencias.
Por ejemplo, si hablamos de fútbol, la típica rivalidad Madrid-Atlético de Madrid,
o si hablamos de política, PP-PSOE, en fin.
Pero claro, esto es intereses diferentes, opiniones encontradas,
¿pero de ahí a la pelea?
¿El por qué de esa pelea?
En realidad, el por qué de esa pelea puede venir en diferentes hipótesis.
Si quieres, pues las vemos poquito a poco.
Vale.
Por un lado, puede ser por conflictos de relación,
ya que existen agresiones, luchas o insultos por meros prejuicios, en realidad.
Y los prejuicios son opiniones que se tienen antes de conocer a alguien,
que normalmente es negativa.
Simplemente por ser del otro grupo, yo ya pienso que eres de una determinada manera,
que te vas a comportar de una determinada manera
y que vas a pensar de una determinada manera que no va conmigo.
Por otro lado, también ocurren conflictos de información,
cuando la información que nosotros manejamos
y la que manejan los demás no coinciden.
Hablamos, por ejemplo, de malas interpretaciones de mensajes,
rumores, malentendidos, cotilleos.
Sí.
Y, por último, hablamos de conflictos de intereses,
que en realidad se subdividen en tres.
Primero, debido a recursos donde aparece ese sentimiento de envidia
por algo que la otra persona tiene y que yo no tengo y quiero.
Por actividades que ocurren en desacuerdo,
en realizar una tarea de una determinada manera o de otra,
yo lo haría así, tú lo harías así, y ya nos peleamos.
O por preferencias, valores o creencias distintas
que tenemos unas personas en comparación a otras.
Vale, y con todo esto sobre la mesa,
también habrá claves para conseguir pasar el bache, ¿no?
O incluso para no llegar a él.
Exactamente.
Si te apetece, hablamos de tres claves y a ver si sirve a la audiencia.
Perfecto, cuando quieras.
La primera de ellas es utilizar la asertividad.
La asertividad es saber expresar sentimientos, pensamientos, emociones
de forma honesta, directa y correcta,
pero respetando los pensamientos y creencias de otras personas,
a la vez que defendemos los nuestros.
Básicamente es aceptar ciertos mandamientos asectivos
como, por ejemplo, que podemos cambiar de opinión y no pasa nada,
podemos decir no lo sé si no sabemos algo en lugar de dar una opinión tonta
o podemos no cumplir las expectativas que los demás ponen en nosotros.
Por otro lado, es importante saber decir que no,
pero con mensajes desde el yo.
Muchas veces decimos que no a los demás,
pero lanzándoles críticas dolorosas.
La idea es no hacerlo desde el tú y sí desde el yo.
Por ejemplo, si queremos no bajar la basura esta tarde,
porque llevamos dos semanas haciéndolo,
podemos decirlo de dos maneras.