La Noche Azul; 10x07 (Vampiros Energéticos) 2o1e4j

Atrévete a acompañarme Vamos a andar por los cables ¿Dónde serás tú? Volvemos a estar aquí otra vez, entre amigos.

Y sí, digo entre amigos porque no siempre estamos entre la gente que nos conviene.

A veces nos rodeamos de gente que nos chupa la energía, gente que nos hace daño sin que nosotros nos demos cuenta.

Hablo de aquellos vampiros emocionales que nos rodean muchas veces.

Y no, no son esos seres mitológicos, de colmillos largos, que duermen en ataúdes, en castillos tenebrosos, no.

Estoy hablando de esa gente que nos rodea y que nos chupa la energía, como he dicho.

Vamos a hablar de todo esto en la noche azul.

Pero no lo voy a hacer sola, lo voy a hacer de la mano de mi querido amigo, compañero, Mako.

El vampiro Mako.

Y es que a veces nos toca ser nosotros los vampiros.

Pero sí es cierto, Maika, que a lo largo de nuestra vida nos hemos encontrado con una de estas personas.

Estas personas que de un modo consciente, inconsciente, generalmente de un modo más consciente, nos agota la energía emocional haciendo que padezcamos sentimientos de desasosiego, agotamiento, pasividad.

Y es que ¿quién no ha tenido en casa muchas veces este propio enemigo? Sin ir más lejos, Maika, yo, pese a que siempre he sido un tipo solitario, alguna vez me tocó no serlo.

De vez en cuando condeno a alguien que camine a mi lado.

Uy, me pensaba que ibas a decir que eras tú el vampiro.

Bueno, quizá lo sea. Ya sabes lo que suelen decir, ¿no? Ninguno es el malo en su historia, sino en la historia de los demás.

Y recuerdo mi última relación, sin ir más lejos.

Un abrazo, Elena, desde aquí.

No hay rencor, ¿verdad, ni odio? ¡Qué va, qué va! Lo ha dicho con mucho cariño.

Lo ha dicho con mucho cariño.

Por supuesto, ante todo el cariño.

Pero sí es cierto que llegan momentos que te toca estar con alguien que te hace pensar que todo lo haces mal.

Y el caso de Mako, no fumes.

Mako, no lo hagas delante de mí.

Mako, para ya.

Llevas dos cervezas.

Mako, no se anda descalzo en casa.

Mako, Mako, Mako.

¿Sabes lo que ocurría al final del día? Estabas agotado.

Estaba deseando que se fuera a dormir para tener dos horas.

Pero en cuanto tenía yo esas horas para ver una serie, Mako, vamos a la cama.

¿Y qué ocurría? Por fortuna, tuvimos que distanciarnos.

Y se fue a Madrid a trabajar y estar con otro chico.

Y la verdad que ya sabes lo que suelen decir, ¿verdad? Si alguien se va de tu lado y no lo echas de menos, quizá nunca debió estar.

Pero es ese apego que tenemos por nuestro propio captor lo que nos sigue y sigue sobre todo alimentando a estos vampiros.

Yo sabía que no estaba bien porque siempre me sentía subyugado.