
Descripción de No caven mi tumba - Robert E Howard u6d1x
Un relato de horror cósmico del creador de Conan, Kull de Atlantis y Solomon Kane 61d3j
Este contenido se genera a partir de la locución del audio por lo que puede contener errores.
Saludos cultistas. El día de hoy vamos con un relato de Robert T. Howard, titulado No cabe en mi tumba.
Robert T. Howard es un gran escritor. Ya hemos traído de él La Piedra Negra, que es uno de los relatos más vistos del canal. No solo eso, también debéis saber que es el padre de sagas como Conan, Cool Atlantis y Solomon Kane. No cabe en mi tumba es un relato de terror de este escritor publicado originalmente en la edición de febrero de 1937 de la revista Weird Tales y luego reeditado por Arkham House en la antología de 1936, El Hombre Oscuro y otros relatos.
No cabe en mi tumba es uno de los grandes cuentos de Robert T. Howard. Relata la historia de John Conrad y el profesor Kirawan, dos hombres que resuelven pasar la noche en casa de John Grimland. Un afamado y temido cultista que acaba de morir recientemente en circunstancias poco claras y quien ha dejado una serie de misteriosas instrucciones que ambos se proponen seguir.
La biblioteca naturalmente es la habitación más peligrosa de esta casa embrujada, repleta de murciélagos, velas, corrientes de aire frío y quizás lo más inquietante, un cadáver sobre la mesa de la biblioteca. Allí los visitantes leen las peculiares instrucciones dejadas por Grimland, donde refiere la disposición de sus restos terrenales.
No cabe en mi tumba pertenece a los mitos de Cazulo de Lovecraft y contiene una gran cantidad de referencias a este ciclo, como la presencia de Jock Sothoth, Cazulus, Jugod y los Antiguos. Si bien no se trata de una secuela, no cabe en mi tumba comparte algunos personajes con otro relato de Robert de Howard, Los hijos de la noche, donde el profesor Kirawan y John Conrad encabezan una animada tertulia que recuerda las hazañas de una antigua raza de humanos que logró vencer a los reptilianos.
Si os gustaría escuchar ese relato también en el canal, házmelo saber en los comentarios y lo grabaré con mucho gusto.
Igualmente, lo más interesante de estos dos relatos, a los que podemos sumar el pueblo de la oscuridad y la gente pequeña, es que en ellos se percibe la intención de Robert de Howard de crear una línea alternativa para los mitos de Cazulo, donde los reptilianos ocupan un lugar preponderante, como la gran raza antigua que luchó contra los seres humanos, para propagar sus rasgos genéticos y, de este modo, perpetuar sus odiosas prácticas religiosas en las generaciones posteriores.
Como podéis ver, hay ciertas similitudes con ciertas teorías de conspiración que hoy en día siguen en voga. Espero que te guste. El estruendo reverberó por toda la casa. Me despertó de un sueño inquieto y plagado de pesadillas. Miré por la ventana. Bajo la última luz de la luna vi el rostro blanquecino de mi amigo John Conrad. —¿Puedo subir, Kirwan? —su voz. Era temblorosa y tensa. —¡Por supuesto! Salté de la cama mientras le oí entrar por la puerta principal y subir las escaleras.
Un momento después lo tenía delante de mí y bajo la luz que había encendido vi que sus manos temblaban y noté la palidez antinatural de su cara. —El viejo John Greenblatt ha muerto hace una hora —dijo bruscamente. No tenía ni idea de que estuviera enfermo. Ha sido un ataque repentino y virulento, de naturaleza singular, una especie de , en cierto modo, parecido a la epilepsia.
Los últimos años había sufrido este tipo de crisis, ¿sabes? —asentí. Algo sabía del viejo ermitaño que había vivido en la gran casa oscura en lo alto de la colina. De hecho, había sido testigo de uno de sus extraños ataques, y me horrorizaron las convulsiones, los aullidos y los quimoteos del desdichado, que se retorcía sobre el suelo como una serpiente herida, mascullando terribles maldiciones y negras blasfemias hasta que su voz se quebró en un chillido sin palabras, que regó sus labios de espuma.
Al ver esto, comprendí por qué la gente de épocas antiguas consideraba semejantes víctimas como hombres poseídos por demonios. —Algún rasgo hereditario —estaba diciendo Conrad. —Mi viejo John, sin duda, heredó alguna debilidad innata provocada por una enfermedad repugnante que debió delegarle algún antepasado remoto. Estas cosas ocurren a veces,
Comentarios de No caven mi tumba - Robert E Howard 2e6q65