Nannie Doss, matar por dinero 6f3p5j

Estamos en vidas asesinas, casos reales de personas cuyo instinto fue el de matar.

Hombres y mujeres cuyo único reconocimiento ha pasado a la historia porque asesinaron de forma bestial en muchas ocasiones.

Y siempre desde la sinrazón de una mente psicópata y enferma.

Vidas asesinas es criminología en tus manos.

Uno de los defectos más corrientes que hay es generalizar para tratar de remarcar un caso particular.

Esto también sucede con el mundo criminal.

Normalmente cuando hablamos de asesinos en serie configuramos un perfil masculino.

Un graso error porque dentro de los asesinos no existe un espacio concreto de hombres o mujeres, sino que realmente deberíamos de hablar de una de psicopatías dañadas que afectan al individuo y que según sus capacidades actúan de una forma u otra, que eso sí puede perfilar más a hombres y mujeres.

Que las mujeres matan es una realidad y que lo hacen diferente a como lo hacen los hombres también.

En su libro ¿Por qué las madres matan?, caso de un psicólogo forense del Dr. Geoffrey Rick Mackey, indica que es extremadamente difícil conocer las tasas globales de infanticidios porque en realidad muchas muertes son tratadas como accidentes, por lo que no se recoge la información forense de forma adecuada.

Según un estudio realizado en 1997 por Eric Hickley, a partir del estudio de 34 asesinas en serie estadounidenses, se llegaron a las siguientes conclusiones.

La media de edad se sitúa en torno a los 33 años.

El 50% contó con la ayuda de un cómplice masculino.

El motivo fundamental fue el económico.

Casi un 50% utilizó como principal método el envenenamiento.

Sus víctimas preferentes son niños, ancianos y personas enfermas por su baja capacidad de defensa y después con aquellos que mantienen o han mantenido una relación de tipo sentimental.

El estudio es de 1997 pero todavía nadie lo ha refutado.

El modus operandi de criminalidad femenina es más cauto que el de los hombres y quizá por la falta de fuerza física la usan menos que los hombres.

No son impulsivas y planifican con mucho tiempo su crimen.

Son manipuladoras y mentirosas para acercarse a su objetivo o protegerse de él, pero por lo general son detallistas, pacientes y organizadas.

Y esa misma pauta es la que usan al matar porque provocan una muerte lenta a sus víctimas, entre otras cosas porque el método más utilizado es el envenenamiento, aunque también, como los hombres, hacen uso de la fuerza o de herramientas como por ejemplo las armas de fuego en un 20% o armas blancas en un 11% y el estrangulamiento en un 5%.

Hoy traemos una mujer cuya motivación era aparentemente romántica.

Bueno, mejor dicho la frustración romántica y que durante años hizo uso de sus modos y métodos para ir viviendo como mejor podía y parecer una mujer feliz, desgalida y buena.

Hoy hablamos de Nanny Doss.

Estados Unidos es un hormiguero de personas trabajando y buscando trabajo.

La primera guerra mundial ha terminado y los muchachos del frente han vuelto.

Buscan su lugar en la tierra de donde salieron y sobre todo buscan estabilizar su vida.

Una buena mujer, un trabajo seguro y una familia para toda la vida.

Este fue el caso de Charlie Bragg que trabajaba en una fábrica de ropa donde también trabajaba un adolescente de nombre Nanny, la futura Nanny Doss.

El roce, las horas juntos y las ganas de gustar lo hicieron todo por ellos, así que en 1923 ambos se casaron y Nanny solo tenía 16 años.

Que aunque pueda parecernos raro hoy en día con la lideragración de la mujer, entonces no era tan particular que esto sucediera.

Nanny Doss era un hombre muy amable.