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Meditando en la Palabra
MelP_695-2Samuel_15_26

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30/12/2022 · 02:30
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Meditando en la Palabra

Descripción de MelP_695-2Samuel_15_26 2e1c60

«Y si dijere: No me complazco en ti; aquí estoy, haga de mí lo que bien le pareciere.» (2 Samuel 15:26) En plena golpe de estado, el rey David se encuentra huyendo de su capital para preservar su propia vida frente a la rebelión de su hijo. Hubo muchos que en apoyo al rey en medio de esta crisis estaban dispuestos a huir con él. Entre ellos encontramos a Sadoc, el sacerdote. Vino al rey con un grupo de levitas llevando el arca de Dios (15:24). Curiosamente David no aceptó que el arca de Dios le acompañara en su huida de Jerusalén. Mandó a los sacerdotes a volver a Jerusalén con el arca al sitio que David había preparado para el arca hasta que se construyera el templo. Una de las grandes metas de David había sido unir el centro de la vida espiritual de Israel con la vida política de Ia nación, y no pretendía dejar que la presente crisis perjudicara ese propósito. David lo explicó a Sadoc expresando su deseo de encontrar gracia ante Dios para volver a Jerusalén a adorar ante el tabernáculo allí (15:25). Es normal imaginar que Dios le iba a restaurar a David en su inocencia y castigar el orgullo de Absalón; no obstante, encontramos que David se abre a la voluntad de Dios, sea lo sea. En palabras parecidas a las de Jesús en Getsemaní (muy cerca de dónde ocurrió esta historia), David se somete completamente a la voluntad de Dios. Dice que Dios puede hacer con él lo que bien le pareciere. Todos nosotros hemos de llegar al punto en que reconocemos que Dios tiene el derecho absoluto sobre nuestra vida. En vez de buscar nuestra voluntad o defender nuestros planes y propósitos, busquemos hoy ver nuestra vida dentro de la voluntad de Dios. (David Bell) 3h2wu

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