Meditación guiada. Meditación breve para reconectar. 352b3d

Este ejercicio de meditación nos permite centrarnos en pocos minutos llevando la atención a nuestra postura, a nuestro cuerpo, a nuestra respiración.

Te puede servir justo antes de una reunión en la que sientas ciertos nervios, en esos momentos en los que necesitas calmar los nervios antes de afrontar una situación, también puede ser un examen, cualquier cosa a la que tengas que enfrentarte que te genere cierto nerviosismo o simplemente cuando llegas a casa después de todo el día y necesitas vaciarte.

Es un ejercicio de meditación donde llevamos la atención a la consciencia corporal a través de la postura y la respiración. Lo puedes hacer tumbada, tumbado o sentado en una silla o sentado en el suelo o sobre la cama, siempre y cuando sea una postura cómoda, estable y que puedas mantener unos minutos.

Entonces vamos a ir llevando la atención a la postura, a la postura que tienes en este momento. Observa cómo están colocados tus pies y si están en o con alguna zona, alguna superficie o alguna otra parte de tu cuerpo, cómo están las piernas, los glúteos, la pelvis, siente toda la columna vertebral.

Párate ahora en tus hombros y observa si hay un hombro igual que sientes que está más cerca de la oreja que el otro, si hay desnivel, cómo se sienten tus hombros y si hay diferencia entre un hombro y el otro hombro. Observa cómo están colocados tus brazos, tus manos, si están en o con alguna otra zona de tu cuerpo o si están en o con alguna superficie que te sostiene en este momento. Siéntelo. Y volviendo a través de tus brazos y tus hombros, observa cómo está colocado tu cuello.

Quizás está un poquito dirigido hacia adelante o quizás un poquito rígido.

Obsérvalo. Y tu cabeza sobre los hombros. Mira a ver si tu cabeza sientes que está alineada con tu columna vertebral. Sé muy consciente en este momento de tu postura de pies a cabeza. Y desde la quietud de la postura observa las sensaciones, el movimiento interno que hay en tu cuerpo. Quizás hormigueos, palpitaciones, algún punto de tensión o algún punto de dolor. No te enganches ahí.

Simplemente date cuenta, observa. Conviértete en esa observadora, en ese observador de lo que sucede dentro de tu cuerpo en este momento. Puedes sentir el latido de tu corazón o intuirlo ahí en tu pecho. Y ahora siente que estás respirando. Conecta con el movimiento de tu respiración, con ese vaivén, sintiendo el roce del aire en las fosas nasales, tanto al inhalar como al exhalar. Y observa en la exhalación si dejas caer el aire o lo empujas hacia afuera.

Te invito a que lo dejes caer suavemente hasta vaciarte bien.