Lucía y Violeta, "Retrato". 3x4j35

¡Retrato! Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla y un huerto claro donde madura el limonero.

Mi juventud, veinte años en tierras de Castilla.

Mi historia, en algunos casos, que recordar no quiero.

Ni un seductor mañana ni un rado aminescido.

Ya conocéis mi torpe aliño indumentario.

Mas recibí la flecha que me ha signocupido.

Llamé cuanto ellas puedan tener de hospitalario.

Hay en mis venas gotas de sangre jacobina, pero mi verso brota de manantial sereno.

Y más que un hombre, al uso de su doctrina, soy el buen sentido de la palabra bueno.

Adoro la hermosura y en la moderna estética corté las viejas rosas del huerto de Ronsard.

Más no amo los afeites de la actual cosmética.

Ni soy una de esas del nuevo Gaitrinar.

Desteño las romanzas de los cenores huecos y el coro de los grillos que cantan a la luna.

Para distinguirme paro las voces de los ecos.

Escucho solamente entre las voces una.

Soy clásico romántico, no sé, dejar que hiciera mi verso como deja el capitán su espada.

Famosa por la mano viril que la blandiera, no por el doctor oficio del forjador preciada.

Converso con el hombre que siempre va conmigo.

Quien habla solo espera hablar a Dios un día.

Mi soliloquio es plática con ese buen amigo que me enseñó el secreto de la filantropía.

Sin el cabo nada os debo, debéisme cuanto he escrito.

A mi trabajo acudo, con mi dinero pago, el traje que me cubre y la mansión que habito, el pan que me alimenta y el lecho donde llego.

Y cuando llegue el día del último viaje y esté al partir la nave que nunca ha de tornar, me encontraréis a portoligero de equipaje, casi desnudo, como los hijos de la mar.

El significado es el amor que le tenía a las cosas que hacía y a su esposa, Leonor Izquierdo.