Lo que nace del silencio 🤫🌱 633737

Bienvenido, bienvenida a un nuevo episodio de la vida hay que vivirla.

Gracias por regalarte este rato, por abrir un espacio donde reconectar contigo mismo, con tu fuerza, con tu propósito.

Hoy quiero invitarte a mirar un terreno poco explorado, el del silencio.

No el silencio externo, sino ese que nace dentro, cuando por fin dejas de correr, de reaccionar, de buscar fuera, y empiezas a escucharte de verdad.

Vivimos en un mundo donde todo parece gritar, opiniones, expectativas, notificaciones, metas, ¿Qué pasa cuando decides bajar el volumen? ¿Qué aparece cuando no haces nada más que estar contigo? Hoy vamos a hablar de eso que se gesta en el silencio, de lo que brota cuando dejas espacio, de la energía transformadora que aparece cuando simplemente te escuchas.

Muchos días transcurren sin pausa, desde que abres los ojos ya hay mensajes que atender, tareas que cumplir, decisiones que tomar… Todo parece urgente, pero lo urgente no siempre es lo importante. De hecho, cuanto más ruido hay fuera, más difícil es conectar con lo que realmente necesitas.

Ese ruido puede tomar muchas formas, la presión de cumplir, el miedo a decepcionar, la necesidad de rendir o incluso la comparación constante. A veces ni siquiera te das cuenta de que estás atrapado en ese circuito, hasta que llega un momento de saturación, una señal del cuerpo, un vacío emocional, una tristeza sin nombre, y ahí, aunque sea incómodo, aparece una oportunidad.

Detenerse no es retroceder, es recuperar el aliento, es afinar la brújula interna, es volver a escuchar esa voz que a menudo callas porque el mundo no para. Y en ese parar, muchas veces te descubres. Descubres que hay una parte de ti que estaba esperando a ser atendida, una necesidad postergada, un deseo escondido, una idea que necesita espacio para tomar forma. La calma no es improductiva, es el terreno fértil donde germinan nuevas comprensiones.

Es ahí donde se asientan las emociones, donde las decisiones se clarifican, donde vuelves a ti. Porque cuando te escuchas con atención, descubres matices que el ruido no deja ver. En el silencio empiezas a distinguir entre lo que viene del miedo y lo que viene del deseo auténtico. Entre lo que haces por inercia y lo que haces por convicción. Entre lo que te arrastra y lo que te eleva.

Es un espacio de honestidad, sin adornos, sin filtros, solo tú, contigo. A veces cuesta sostener ese silencio, porque ahí también aparecen las dudas, los vacíos, las heridas que no has querido mirar. Pero justo ahí, en esa incomodidad, empieza el verdadero proceso de transformación. Porque al no distraerte, al no huir, te das la oportunidad de sanar. Y eso no es poca cosa.