Linajes Malditos: Casas Reales_3x11 v2g1

Cuentan que el último eslabón, el último rey de la dinastía de la casa de los Austrias, los Habsburgo, se había envuelto en un maleficio. Fue sometido a exorcismos continuos en su palacio para intentar salvarle de esa especie de males de ojo que se creía, de enfermedades, de una mala salud. Es el conocido como Carlos II el Hechizado. ¿Fue hechizado o qué ocurrió realmente con esta persona? ¿Qué pasaba con esa familia? Esta noche, Linajes Malditos comienza Abismo.

Muy buenas noches y queremos comenzar una miniserie dentro del programa que poco a poco iremos abriendo, iremos creando, iremos desgranando, como son esos linajes malditos, familias que han sido marcadas por, no sabemos si solamente por la muerte o por la desgracia, o directamente han podido levantar cabeza en muchos años.

Estamos hablando de incluso maldiciones hereditarias de más de 500 años. Pero queríamos empezar por los linajes reales, las familias reales, todo lo que oscurece y a la vez circula alrededor de los que dominan y han dominado el mundo. ¿Qué ha ocurrido con esas familias? ¿Por qué desaparecen de pronto? De pronto son sesgadas y aquí no ha ocurrido nada y empiezan nuevas casas reales. Silvia, ¿qué tal? Buenas noches.

Buenas noches. Efectivamente, estás hablando de los Habsburgo, pero a ver si nos da tiempo de hablar también de alguna otra casa real europea, incluso actual, porque hay maldiciones que desde luego siguen vigentes a día de hoy.

Pues mira, los Habsburgo, los Austrias clásicos, cualquier libro de historia, es bastante loca y es muy caótica el árbol genealógico. No es que sea complejo de trazar porque al final está hiper documentado, sino que es que es todo familia con familia con familia.

Pues aquí es donde queremos hablar de ese linaje real maldito. Si realmente este Carlos II fue hechizado o tenía una maldición real, nunca mejor dicho.

Miren, Stanhope, que era el embajador inglés, él describía cuando pasó en diferentes jornadas a su lado y pudo comprobar cómo eran las noches de su rey. En 1698, imaginemos, en pleno siglo XVII, ese último tercio, el rey enfermo, el rey prácticamente maldito que no levanta cabeza lleno de enfermedades, bueno, posiblemente la brujería que estaba en auge en aquella época tenía algo que ver.

Bueno, porque este embajador inglés describía lo siguiente. El rey estaba tan melancólico que ni sus bufones ni sus enanos logran distraerlo de sus fantasías respecto a las tentaciones del diablo. Nunca se cree seguro si no están a su lado el confesor y dos frailes, a quienes hace acostar en su dormitorio todas las noches. Es decir, el miedo, el pavor, el pavor a la muerte.

A ver a esa guadaña como atraviesa el umbral de la gran habitación. Casi como su bisabuelo, ¿no? Ese Felipe II que estaba en el escorial, ese palacio que él convierte como seña y como forma de sellar un al inframundo, a las zonas más diabólicas, a esas fallas que se habla de esas tres grandes que teníamos en España.

Y es una de las grandes construcciones para evitar que salga el mal hacia el exterior. Como Felipe II fallece en ese lecho de muerte en su habitación pidiendo los cuadros, ese jardín de las delicias, formando una especie de cruz invertida, buscando casi esas imágenes monstruosas de pesadillas, como intentando ver, decir, bueno, y si yo ahora fallezco, ¿qué es lo peor que me voy a encontrar? Es una...